sábado, 29 de septiembre de 2007

De alguien que dice “amar”


Con mis ojos empieza el juego, con mi boca el hechizo y con tus caricias la perdición. Cada segundo que pasa, me pierdo y enamoro. Puesto que te amo, elijo tu nombre. Elijo el dulce néctar de tus labios, el aroma fresco de tu cuerpo, la profundidad inefable de tus ojos, y la infinitud de tu alma.

Eres vida y muerte, perfumada flor, y extraño verdugo. Caigo atado ante tus pies, pues mi vida ha escapado a la libertad para encontrarse con las cadenas del amor. Ahora ya no soy, sólo seré contigo en la línea del tiempo efímero.

Caigo en el abismo, buscando un beso del infierno, pues es tal el deseo por ti, que me lleva hasta morir.

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