domingo, 28 de diciembre de 2008

Hacia la barranca del muerto

Fragmento

-No puedo creer que sea tan estúpido… - Decía para si, una mujer que caminaba por las calles de la Ciudad de México.

-Pensar que lo quería… ¡no! Desgraciado… - Sus ojos se llenaron de lágrimas, se pusieron rojos asaltados por lo acontecido unas horas antes. La mujer caminaba en ocasiones deprisa, en otras lentamente, como queriendo que el tiempo se detuviera, que su dolor saliera por debajo de sus pies. Una mujer delgada, con un vestido morado que hacia resaltar su figura, sus hombros eran cubiertos por una chalina negra, el cual también cubría golpes apenas hechos, el tiempo lo ameritaba, pues hace poco la noche abandonó la ciudad y el amanecer recién llegaba, de una manera fría y lenta. Consuelo se llamaba aquella mujer de mirada perdida.

-Tengo que irme lo más pronto posible… - Salía de la calle Juventino Rosas, para encontrarse con la Avenida Revolución. Con los brazos rodeando su esbelto cuerpo, como queriendo encontrar un cariño que perdió, un calor distante pero que había perdido hace unas cuantas horas.

La mente de Consuelo comenzó a recordar aquella escena nefasta. Se encontraba en casa de Mario. Era de noche, alrededor de las once. Consuelo cargaba con un sentimiento, de extrañeza.

- ¿Cómo te fue el día de hoy amor? – Sin mirar Mario a Consuelo pues leía un libro. Consuelo recién llegaba de la calle.
- Bien, gracias… aunque un poco pesado el día en mi trabajo, había mucha gente en la zapatería. – La sala de color azul tenía un aire melancólico, unos pequeños sofás de color café dispares a la habitación, unos cuadros de colores viejos y una mesa que se estaba apolillando lentamente.
- ¿En serio?- preguntó Mario. Aquel hombre era un poco robusto, de piel morena, grandes ojos, negros como los cabellos en su cabeza. Estaba sentado en el sofá y enfrente de él se sentó Consuelo.
- Sí… de hecho una señora me hizo pasar un coraje, se quejo del “mal servicio”. Pero hubieras visto su actitud, prepotente desde que llegó. ¿No sé da cuenta de que hay muchos clientes y que no es la única?-
- De seguro tenía prisa…- En voz baja opinó Mario
- Pues sí la tenía, no era necesario que se pusiera así…- Quitándose los zapatos Consuelo, mientras se los sobaba.
- ¿Qué hay de cenar? – Preguntó Mario.
- Se me olvido pasar a la panadería… quizás por el coraje… -
- Mmm… - Gimió el hombre-
- Ahorita veo si una vecina tiene que me preste unos bolillos para hacer unas tortas… ¿Cómo te fue el día de hoy?- Se levantó Consuelo para dejar sus zapatos debajo de la mesita de centro.
- Bien…
- Bien…- Un poco inconforme Consuelo por la respuesta.
- Sí… ¿Pues qué quieras que te diga?
- Ya hasta me da miedo preguntarte las cosas- Dijo Consuelo.
- ¿Por qué lo dices? –
- Todo este mes hemos tenido pleitos. Y aparte me has dicho cosas que no me han gustado. Ya no eres feliz aquí, ¿verdad?- Sin responder Mario.
- ¿En caso de que… te decidieras ir… me avisarías?
- Mm…
- Dime…
- Pues… se me es muy pesado estar aquí, lejos de mi familia, ya te lo había dicho, es una ciudad extraña, estoy acostumbrado a otra vida.
- Lo sé, y te dije que en el momento en que no te sintieras a gusto podrías irte… pero sabes que te quiero mucho y no quiero que te vayas.
- Yo también te quiero pero… -Dejo a un lado el libro y miro fijamente a Consuelo.
- Dime…-
- No… te enojas- Dijo mario un poco preocupado.
- Ya te había dicho que si me quiero ir… y ya lo discutimos, pero estoy aquí contigo… aun no sé si me quedaré o regresaré a mi casa…
- ¿Pero por qué dudas tanto?- Pregunto Consuelo con un nudo en la garganta.
- Pues… por lo que me has dicho. Por los pleitos, por la distancia, la nostalgia… me siento fuera de lugar… Ésta es tu casa, no la mía, y me siento como un inútil buscando trabajo y no encontrándolo…
- Pero ya falta poco para que puedas meter tus papeles en el despacho… -
- Lo sé… pero aun así no es nada seguro que quede…-
- Aun así… Pero vas a ver que todo va a salir bien…-
- No sé…
- Por qué no piensas en lo bueno del asunto… Si te quedas pues estarás conmigo, después de tanto tiempo separados estamos juntos… después de dos años, desde que nos conocimos podemos estar juntos… y quieres irte…-
La relación de la joven pareja había sido tormentosa, desde que se conocieron, solo se había podido ver en ocasiones especiales, Mario había viajado dos años atrás para estar con Consuelo. Ella viajaba para estar con él en las vacaciones. Se comunicaban por teléfono, pero nunca había sido una relación tranquila.
- Lo sé…
- Entraras a trabajar… y pues…
- Lo sé… pero aun así… últimamente no me he sentido bien…No te puedo ayudar a los gastos de la renta, en la comida…
- Pues sí, pero no te estoy pidiendo que me ayudes, trabajo con gusto, hasta que mejore la situación.
- Aun así, son muchos problemas… Además, me dijiste que a veces piensas que no soy para ti, que no soy la persona que esperabas…
- Pero te quiero, y no quiero que te vayas. Te pregunto ¿me quieres?
- Mm… digamos que… ya no te quiero como antes…- Consuelo se quedo en silencio, mirando el vacio en la pared, recordando los pleitos anteriores. Deseaba llorar, pero contenía su llanto.
- ¿Cómo me quieres, cómo a una persona que quieres tener el resto de tu vida… o como a una amiga?
- … Con lo que ha pasado… te quiero creo, más como una amiga…
- ¿Entonces… no deseas que esto mejore?
- Ya no sé…
- Entonces… para que seguimos discutiendo… si ya no quieres que crezca la relación… No le demos vuelta… y será mejor que te vayas de una vez… - Consuelo se quedo inmóvil… esperando a que sus ojos mostrarán las primeras lagrimas.
- ¿Quieres que me vaya de una vez?
- Sí- Respondió con la voz temblorosa Consuelo. Mario se levanto del sillón, y comenzó a recoger sus cosas. Consuelo se levantó de inmediato, como si hubiera despertado de un sueño y se acercó a Mario.
- No quiero que te vayas – Consuelo tomo a Mario del brazo, y éste solo la miró.
- Por favor no te vayas. Te quiero mucho
- Me acabas de corres… además creo que será mejor así… dices que te he lastimado con mi actitud, que no soy cariñoso y atento, por más que intento hacerlo, no puedo, me sale de un momento, cuando me lo pides, pero después ya no, y yo me conozco, se que no soy constante, ya te lo había dicho, no soy muy romántico, no te puedo dar una rosa, no puedo ser más detallista, no soy lo que tu quieres…
- Pero, te quiero, y no quiero perderte. – Consuelo abrazo a Mario, tratando de detenerlo con sus brazos, no podía hacer más, la decisión estaba tomada. La noche era solo una testigo del desencuentro en esa ocasión, se guardaba un luto por algo que quiso ser, pero que murió antes de crecer.

Consuelo tomó las cosas de Mario, y las empezó a recoger con enojo.

- Deja eso… yo las guardo…- Dijo Mario.
-
La mujer se encontraba inmóvil en medio de la habitación, mientras escuchaba a Mario recoger sus cosas en el dormitorio. Consuelo comenzó a llorar y le invadió un gran dolor, un dolor de impotencia, de malestar, sentía que sus palabras habían roto lo único de vida que le quedaba. Su garganta se encontraba enredada y sus ojos se hincharon como los de un muerto. Caminó Consuelo y empezó a azotarse la cabeza contra la pared de la sala. Mario escuchó el ruido y fue a ver.

- ¡Consuelo, detente!- Grito Mario. Jamás le había llamado por su nombre, era la primera vez que ocurría. Consuelo con cada golpe quería cubrir el dolor que sentía. Se detuvo y se arrodilló al suelo, llorando por la desesperación. Mario se quedó viéndola.

- ¿Por qué hiciste eso?- Consuelo lloraba y no podía emitir ningún sonido.
...

Pasatiempos


Fragmentos (III)


Por cierto, eso de que la gente entre a la iglesia sólo a ver, esta raro, bueno, sé que se va a rezar, y todo son creyentes, pues ahora se escucha decir “soy católico de palabra”. A mi me bautizaron, tuve mi primera comunión y todo eso. Me siguen llevando a misa los domingos, sinceramente me da mucha flojera ir, pues siempre es lo mismo, rezar, cantar, y el jueguito del padrecito que dice:

“Levántense… siéntense… arrodíllense… pueden sentarse… levántense…”

Es un poco incomodo estarse parando y sentando, pero bueno. Mi madre, hablando de religión, un día casi se nos muere, porque estábamos en la catedral, y unos muchachos, chavitos, como de 17 años, se estaban besando, bueno… un besito de pico, e iban agarrados de la mano. Sí, sé que suena raro, eran dos hombres tomados de la mano, y dándose besitos, como si fueran novios, bueno, un chico y una chica, pero eran dos hombres, ahora, dentro de la iglesia. Imagínense a mi madre, casi le da no sé que, pues estaba bien espantada, se persignaba y decía:

-¿Cómo es posible, Dios mío? Esos irrespetuosos, ¿Cómo se atreven en la casa de Dios hacer tal barbaridad?-
Yo me quedé viendo a los muchachos, sé veían pues bien, digo, daban un poco de ternura verlos, tomados de la mano, dándose amor como cualquier pareja, sin miedo ni nada, normales como cualquiera. Se veían felices, y pues me quedé pensando porqué mi madre, se había alterado. Le pregunté, pues bueno, mejor no le hubiera dicho nada, pues me salió peor la respuesta. Me dijo:

-¿Qué preguntas son esas chamaca, no te han dicho en la escuela que esta mal?-

Me quedé callada.

-Pues mira, Dios hizo al hombre y a la mujer, y pues se casan, pero solo entre hombre y mujer, si no, sería un relajo, no habría hijos, ni familias, nada…-

No comprendía lo que me decía mi madre. Pues digo, si hay dos chavos que se gustan, pues no le quitan nada a nadie. Yo estoy segura de que me gustan los chavos, pero bueno. Ahí no acabo el cuento, llegamos a la casa y mi madre le contó a mi padre, bueno… nos dijo mi papá que prefiere a un hijo ladrón, que gay. En eso, mi hermano se soltó a reír y se fue a la recamara. Mi hermano dice que le gustan las viejas, y que ha tenido novia, pero nunca ha llevado una chava a la casa, según él, por que mis padres son medios raros, pero bueno. De hecho, se lleva mucho con un muchacho de la escuela, y que José para acá, y José no se cuanto, y bla bla, José. Bueno, parece que está enamorado de él, quien sabe. Sinceramente no me molestaría que fuera gay. Pero mis padres de seguro lo echan de la casa, y por eso prefiere taparle el ojo al macho, como dicen.

Digo, es muy normal ver en la ciudad a las parejitas de chavos tomados de la mano, besándose, tan siquiera aquí, en la alameda, nadie les dice nada, bueno, una que otra persona. En el metro los ves abrazados como su nada, y es bien sabido de que se juntan en los vagones varios chavos para fajar o ligar. Ni que decir de la zona rosa, andan como si nada.

Bueno, ya caminé por toda la avenida Juárez, y llegué a Reforma. ¿Cómo no ver el famoso caballito. No sé por qué le dicen así. Según tiene la forma de la cabeza de un caballo. Caminaré por toda reforma para llegar a el ángel de la independencia, desde aquí se ve el monumento a la Revolución.

El Diablo


He llegado al lugar donde me enfrento a mí mismo,
A mi tendencia a atarme a cosas que toman más de lo que dan.
Admito mi impotencia frente a mis hábitos.
Acepto la ayuda para que mi vida nuevamente avance.
Estoy preparado para pedir al espíritu que me libere
De mi prisión de ilusiones.
Veo a mis grilletes rotos alejarse de mí.
Soy materia, soy espíritu,
Soy libre.

Invierno


El tiempo de la espera ha comenzado,
Las hojas han caído del cielo
Y han muerto en el frio de tu suelo,
Donde han de dormir, y dejar el duelo.

El diablo, la esperanza y la luna
Son las figuras que coronan el cielo
En esta larga noche de locura
En la noche oscura, pesada de deseo

La nostalgia crece como una flor
Un narciso azul entre la tristeza
Se mira al pasado con dolor
Y la alegría futura de la tibieza

Tus ojos se han apagado
Bajo el recuerdo de tus años
Ya no hay juventud, se ha acabado
Solo queda morir con los ermitaños

Cadenas te sostienen, y esperas
Esperas la llegada de Selene
Con un aullido la esperas
Para saber que vivirás nuevamente
Arlequin sin rostro (DERR)

domingo, 14 de diciembre de 2008

De la naturaleza de las cosas


Tito Lucrecio

Fragmento amoroso (Libro IV)


...


Así, pues, a quien Venus ha llagado,
Ya tomando los miembros delicados
De un muchacho, o haciendo que respire
Una mujer amor por todo el cuerpo,
Se dirige al objeto que la hiere,
Impaciente desea a él ayuntarse
Y llenarle de semen todo el cuerpo:
El deleite presagia la ansia ciega:
Ésta, pues, es la Venus que tenemos,
De aquí el nombre de amor trajo su origen,
De aquí en el corazón se destilara
Aquella gota de dulzor de Venus
Que en un mar de inquietudes ha parado:
Porque si ausente está el objeto amado,
Vienen sus simulacros a sitiarnos
Y en los oídos anda el dulce nombre.


Conviene, pues, huir los simulacros,
De fomentos de amores alejarnos,
Y volver a otra parte el pensamiento,
Y divertirse con cualquiera objeto;
No fijar el amor en uno solo,
Pues la llama se irrita y se envejece
Con el fomento, y el furor se extiende
Y el mal de día en día se empeora.
Si no entretienes tú con llagas nuevas
Las heridas que te hizo amor primero,
Y haciéndote veleta en los amores
No reprimes el mal desde su origen
Y llevas la pasión hacia otra parte.

Las dulzuras de Venus no renuncia
Aquél que huye de amor: por el contrario,
Coge sus frutos solo sin disgusto.
Gozan siempre las almas racionales
De un deleite purísimo y seguro,
Mejor que los amantes desgraciados,
Que al mismo tiempo de gozar fluctúan
Sobre el hechizo de su amor incierto.
No sabiendo fijar ojos y manos;
Aprietan con furor entre sus brazos
El objeto primero que agarraron,
Le molestan muchísimo, y sus dientes
Clavan cuando le besan en los labios,
Porque no tienen un deleite puro;
Secretamente son aguijoneados
A maltratar aquel objeto vago
Que motivó su frenesí rabioso:
Pero Venus mitiga los dolores
Gozando del amor suavemente,
Y con blando placer las llagas cura.


Pues los amantes tienen esperanza
De que aquel mismo cuerpo que ha inflamado
Su pecho en amor ciego, puede él mismo
Apagar el incendio que ha movido;
Pero se opone la naturaleza:
Y es la única pasión de cuyos goces
Con bárbaro apetito se arde el pecho;
Pues el hambre y la sed se satisfacen
Fácilmente por dentro repartidos
Bebidas y alimentos en los miembros,
Y se pueden pegar a ciertas partes.


...

sábado, 13 de diciembre de 2008

Pasatiempos


Fragmento II


¡Miren! Una hormiguita perdida, es de color roja. Ahora que recuerdo yo vivía en la delegación Azcapotzalco, según mi madre el nombre significa “lugar de hormigas”, así como Coyoacan significa “lugar de coyotes”. También esta la delegación de Iztapalapa, que significa “en las losas del agua” o Tlahuac “tierra que emerge”, hay otras, pero no sé su significado, como Xochimilco, creo que es algo de las flores, algo así, como la sementera de las flores, creo que sí. También esta la Cuahtémoc, Hidalgo, la Venustiano Carranza y otras. ¿Cómo sé todo esto? A pues en la primaria nos dieron un librito, bueno, no estaba tan pequeño, creo que aun lo tengo, que es sobre el Distrito Federal, creo que es la monografía estatal. Pues me encantó ese libro, pues tiene muchas imágenes de la ciudad, te explica el nombre de las delegaciones, tienen los dibujitos y los nombres de cada delegación, también explica la historia del defe , y como ha crecido la ciudad desde entonces.

Hace rato les estaba contando sobre la delincuencia, pues se que esta muy grave la situación, mucha gente pobre que necesita dinero, pero no se vale que estén robándole a otras personas sus cosas. Mi madre siempre me dice que tenga cuidado, que no me vaya por calles que no conozca o que sé que son peligrosas, bueno, tampoco creo que me quiten gran cosa, no traigo mucho dinero, sólo como diez pesos de lo que me sobró de la semana, pero aun así, el susto nadie me lo quita, además quien sabe que más pueden hacer los delincuentes… si voy por la calle procuro estar muy viva, y pues no me arriesgo mucho, trato de llegar temprano a mi casa tomando el metro, el cual no sale muy caro. Creo que si algún día un ladrón se mete a nuestra casa, nos dejaría propina… Bueno, ni es casa, es patio de vecindad, unos dos cuartitos y para qué quieres más…

Dice mi madre que algún día tendremos dinero, para comprar una casita, chiquita aunque sea, para ya no estar rentando, mientras tanto tenemos que aguantar viviendo ahí. Los problemas con el dinero son de todos los días en mi casa, pues siempre es de: que el dinero esto, que el dinero aquello, que si mi hermano va a entrar a la universidad necesita dinero para la inscripción, si va a estudiar que no sea muy caro, además el transporte, la comida, libros… aparte mis útiles, el uniforme, todo… todo esto lo repite mi madre todos los años, ya hasta me sé de memoria que nos va a decir, por ejemplo:

-“No te voy a comprar zapatos ahorita”-

Bueno yo no digo nada, ir con mis zapatitos casi rotos, pero qué puedo hacer…

…Cuantas personas pasan por aquí… Me pregunto de dónde sale tanta gente. Somos muchos en esta ciudad, sobre todo personas tan distintas, algunas muy pobres, que en ocasiones van pidiendo dinero con la mano extendida, otros pues normales, y otros muy acá, con sus trajes, portafolios y más chivas. Algunos de estas personas ricas, van a desayunar o a comer a estos lugares bonitos, como en la casa de los azulejos, no es necesario explicarles por qué se llama así… A pues sí, va mucha gente con dinero, a comer platillos caros, ya saben, cuando se tiene dinero no se sabe en que gastar.

Ahora que mi hermano va a la universidad va estar más tiempo fuera de casas, así que estaré más tranquila en casa. Creo que quiere entrar en la UNAM, ¿o es en el IPN? No sé, pero si va a ala UNAM tiene que irse por la línea 3 del metro hacia la Ciudad Universitaria. Nunca he ido para allá, pero a de ser bonito.

domingo, 7 de diciembre de 2008

El escarabajo de oro


Fue inesperado, toda mí vida estaba regida por un pensamiento metódico, pero ahora, siento que he renacido… - Mientras caminaban por la calle, le decía esto la mujer a su amiga.

¿Dime cómo fue que sucedió esto? – Preguntó la amiga a la mujer de piel clara y ojos profundamente negros.

Todo empezó varios meses atrás, me conoces muy bien, sabes que estaba entregada a una forma de pensar muy rígida. Mi obsesión por lo racional me llevó a no sentir nada, a no poder emitir alguna lagrima por el dolor de un ser querido, pero aun así, por dentro consideraba que su dolor era real pero… mis actos eran calculados hasta en lo más mínimo, de igual forma, racionalizaba el sentir… así fue hasta que fui analizada por el señor J. gran psicoanalista, pensé que era absurdo todo lo que me decía, sin embargo, algo dentro de mí se escurría entre mis pensamientos. El Sr. J no veía mejora en mí. Después de las sesiones me retiraba a mis deberes. Sin que supiera el Sr. J, en varias ocasiones, por la noche llegaba un sueño, en el cual me encontraba en mi habitación, sentada mientras veía por la ventana, escuché la puerta sonar, era un hombre quien tocaba la puerta, lo dejé pasar, el rostro de aquel hombre era difuso y oscuro, mientras se acercaba a mi, sus manos estaba detrás suyo, y las fue llevando hacia enfrente hasta descubrir un pequeño escarabajo de oro…

¿Un escarabajo de oro? – Preguntó su amiga moviendo ligeramente la cabeza.

Así es, un escarabajo egipcio. Este sueño fue muy recurrente, por más de un mes el escarabajo aparecía, ya sea traído por el señor desconocido, o por sí sólo, varios días después se lo conté al Sr. J. en una de las sesiones, al terminarle de contar el Sr. J comenzaba a pronunciar unas cuantas palabras, pero fue interrumpido por el leve golpeteó en la ventana de su consultorio, el Sr. J se acercó para mirar, pensando que sería quizás una travesura o un pequeño pajarillo despistado, sin embargo, al abrir la ventana de par en par, un escarabajo, saltó dentro de la habitación. Yo sólo pude emitir un sonido de sorpresa…

¡Que bella coincidencia! – Dijo la amiga con una sonrisa

¡Vaya que lo fue! Desde entonces ya no fui tan renuente a la terapia, creo que he mejorado, últimamente me ha interesado investigar sobre el simbolismo del escarabajo. ¿Sabes que significa?

-No-

Renacimiento… creo que eso ha sucedido en mí…

sábado, 6 de diciembre de 2008

Caída


Me has llevado a caminar
A la orilla de un sentimiento
Juré nunca volver a llegar
Al borde del abismo

Con tu imagen del otro lado
Tus ojos viendo y esperando
Yo sólo pude caminar sin pensar
Que caería
Que me perdería…

Cerré los ojos para no ver
En que lugar habría de caer
Pero quiero saber
Si en verdad llegare

Un golpe de muerte
O una caída leve
Me espera en el fondo del abismo
Lo dejaré al azar, a tu figura de espejismo

No dejes que muera
Durante la caída
Por tu ceguera
¡Sostén mi vida!
D.E.R.R