sábado, 29 de marzo de 2008

¡Etiquetas!


Un ser sin marcas
Sí uso falda, seré mujer, sumisa, delicada, sensible…
Si es pantalón tengo que asumirme hombre.
Sí soy hombre, entonces tengo que ser fuerte, varonil, sin sentimientos, etc.
En cambio, si me agradan las personas de mi mismo sexo tendré que asumirme como homosexual.
Sí soy gay, entonces la jotería es algo de todos los día.
Pero sí soy hombre, y deseo vestirme de mujer, entonces caigo en la categoría de transvesti.
Ahora, sí soy mujer, y me agradan las mujeres, seré lesbiana
Machorra, hombrona, que desprecia a los machos. (pues buena razón tienen)
En cambio, sí me encamino en una religión, soy devoto.
Caigo en la cristiandad y tendré que asumir los dogmas revelados.
O sin religión, me llamarán ateo y caeré en la perdición.
Sigo una corriente new age, entonces, estaré obsesionado con la comida Light.
Pero sí expreso mis sentimientos y uso el cabello en el rostro seré emo.
Sí uso ropa negra, entonces soy gótico(a),
Pero si le agrego picos, botas negras seré metalero o dark.
Entonces, sólo entonces, seré un individuo en la sociedad, sea como sea, ya abre asumido un papel, estaré etiquetado, aunque no lo desee en una serie de estatutos.

¡Que hermoso es caminar con muchas etiquetas pegadas en el cuerpo!

sábado, 22 de marzo de 2008

Emofobía y argumentos huecos

Pareciera que un nuevo término se esta formando: Emofobía. Vaya locura.

Nuevamente la ignorancia y la intolerancia se han hecho presentes en nuestro país. Personas con argumentos huecos y sin peso, se han dejado llevar por sus emociones más básicas y se han levantado en contra de las personas denominadas Emos.

Primero fue en Querétaro, la convocatoria fue por correo de forma anónima. Claro esta, la primera cobardía de los presuntos valientes que desean erradicar a la tribu emo. Muy “machitos” para salir a las calles asumiendo la total creencia de que es un grupo despreciable, andrógino, deprimente y más, pero con la misma, se andan escondiendo detrás del anonimato que proporciona el Internet. En segundo lugar, sus argumentos expresados son de flojera, totalmente sin sentido, y falta de lógica. Unas cuantas entrevistas a jóvenes integrantes de estos movimientos, respondieron a la pregunta ¿Por qué agraden a los Emos?, ufanamente respondieron: “Se adueñan de alguna parte del parque, están por todos lados, además, algunos hombres emos, parecen niñas”. Válgame tal barbaridad, me imagino a estos muchachos pidiendo trabajo. Los emos no son perritos que marcan su territorio, no ponen alambres de púas cuando están en alguna parte de un parque. Los metaleros, punketos y más tribus intolerantes les carcome la idea de ver a un hombre con rasgos femeninos, o indefinidos. Añadiendo a sus argumentos, que la originalidad es única de un grupo, que los derechos de autor en tendencias es una máxima universal, inviolable, y aquel que ose imitar alguna parte de esas características, que han asumido ellos, debe ser reprendido con golpes.

Anteriormente, eran los homosexuales los atacados, los trogloditas heteronormativistas señalaban con desprecio, con asco y repudio a la gente gay, cual fue su sorpresa que cada vez más se ven personas gays caminando por la calle, sin temor a ser amenazados, señalados o marginados.

La denuncia esta en el aire, la intolerancia no lleva a nada, sólo a un circo, del cual se alimenta la gente idiota, sin nada más que hacer. ¿Dónde se encuentra la Iglesia repudiando los hechos de agresividad contra los emos, dónde? Un silencio, el cual se romperá, pues así como hay grupos intolerantes, habrá gente que no se dejará vencer.

El gato de Cheshire.

El Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a sonreír. Parecía tener buen carácter, pero también tenía unas uñas muy largas Y muchísimos dientes, de modo que sería mejor tratarlo con respeto. -

- Minino de Cheshire -empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba-. Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
- Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.

- No me importa mucho el sitio... - dijo Alicia.

- Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato- , si caminas lo suficiente!
A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer otra pregunta:
¿Qué clase de gente vive por aquí?
- En esta dirección - dijo el Gato, haciendo un gesto con la pata derecha- vive un Sombrerero. Y en esta dirección - e hizo un gesto con la otra pata- vive una Liebre de Marzo. Visita al que quieras: los dos están locos.
- Pero es que a mí no me gusta tratar a gente loca - protestó Alicia.
- Oh, eso no lo puedes evitar - repuso el Gato- . Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
- ¿Cómo sabes que yo estoy loca? - preguntó Alicia.
- Tienes que estarlo afirmó el Gato- , o no habrías venido aqui.
Alicia pensó que esto no demostraba nada. Sin embargo, continuó con sus preguntas:
- ¿Y cómo sabes que tú estás loco?
- Para empezar -repuso el Gato- , los perros no están locos. ¿De acuerdo?
- Supongo que sí - concedió Alicia.
- Muy bien. Pues en tal caso - siguió su razonamiento el Gato- , ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.
- A eso yo le llamo ronronear, no gruñir - dijo Alicia.
- Llámalo como quieras - dijo el Gato- . ¿Vas a jugar hoy al croquet con la Reina?
- Me gustaría mucho - dijo Alicia- , pero por ahora no me han invitado.
- Allí nos volveremos a ver - aseguró el Gato, y se desvaneció.
A Alicia esto no la sorprendió demasiado, tan acostumbrada estaba ya a que sucedieran cosas raras. Estaba todavía mirando hacia el lugar donde el Gato había estado, cuando éste reapareció de golpe.
- A propósito, ¿qué ha pasado con el bebé? - preguntó- . Me olvidaba de preguntarlo.
- Se convirtió en un cerdito - contestó Alicia sin inmutarse, como si el Gato hubiera vuelto de la forma más natural del mundo.
- Ya sabía que acabaría así - dijo el Gato, y desapareció de nuevo.
Alicia esperó un ratito, con la idea de que quizás aparecería una vez más, pero no fue así, y, pasados uno o dos minutos, la niña se puso en marcha hacia la dirección en que le había dicho que vivía la Liebre de Marzo.
- Sombrereros ya he visto algunos - se dijo para sí- . La Liebre de Marzo será mucho más interesante. Y además, como estamos en mayo, quizá ya no esté loca... o al menos quizá no esté tan loca como en marzo.
Mientras decía estas palabras, miró hacia arriba, y allí estaba el Gato una vez más, sentado en la rama de un árbol.

- ¿Dijiste cerdito o cardito? - preguntó el Gato.
- Dije cerdito -contestó Alicia-. ¡Y a ver si dejas de andar apareciendo y desapareciendo tan de golpe! ¡Me da mareo!
- De acuerdo - dijo el Gato.


- ¡Vaya! - se dijo Alicia -. He visto muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa más rara que he visto en toda mi vida!

domingo, 16 de marzo de 2008

Tranquilidad


Después de tanto tiempo, puedo verte, estar a tu lado, sentir tu calor, tus delicados besos. Una tranquilidad invade mi cuerpo, y el cielo se abre ante mis ojos. El tiempo es cómplice del cariño que siento por ti. El día transcurre y la tranquilidad reina en mi pequeño mundo, del cual solo suena la palabra tranquilidad.

sábado, 8 de marzo de 2008

El Loco


El loco comienza una nueva fase, quiere salir hacia fuera. Sus horizontes se amplían, es el principio de una nueva aventura.

El que vive el momento, hace lo inesperado, actúa por impulso, confía en el deseo de su corazón, es inocente, todo esto es el loco.

La locura es un paseo al interior de la propia realidad, dejando a un lado lo vivido para experimentar lo inesperado.

Sin saberlo, le espera un viaje de 22 pasos más.

Locura filosófica y Literaria

Hoja en Blanco

Inicio de una bella historia, comienzo de una hoja en blanco, pues el calor del fuego consumió la negrura de lo caótico.

Una hoja en blanco y las palabras se agolpan en la mente. Desfilando los símbolos lentamente para llenar un vacío que nunca se pudo llenar ni con la infinitud de la imaginación.


En Tierra de Nadie

Todo empezó cuando el ser en sí dijo: “hágase la luz” y tuvo carga ontológica

domingo, 2 de marzo de 2008

Silencio


"Silencio de alguien que pensó y no supo a donde llegó"

sábado, 1 de marzo de 2008

Sobre la soberbia


No dejo de mirarme en el espejo, de analizarme, de buscarme, de seguir el conejo blanco. Pues sí lo dejo de buscar, jamás me encontraré.

He caído en cuanta de que no sé que significa la soberbia. Jamás he deseado volverme un dios o tratar de ser más grande que alguien más, pues cada uno es diferente, he aquí el punto central del pensamiento. La diversidad de pensamientos es infinita, los sueños caen en las palabras y en las obras de los hombres.

Busco encontrarme, de ser uno conmigo mismo, pues me he fracturado y me he dividido. La autocrítica ha sido mi estandarte, para esto la confianza en uno mismo es importante, pues no puedo dejarme vencer por aquellos que no creen en mí, pues creo que se puede mejorar si así uno se lo propone.

La luz y la oscuridad para mí vida es importante, no deseo abandonarme en ninguno de los dos, pues ambos me han ayudado a crecer. Cómo puedo conocer la alegría sino he conocido que es la tristeza.

Buscando la soberbia

El orgullo (del catalán orgull), y a veces también dicho soberbia (del latín superbia), es una idea que tiene varias significaciones dependiendo mucho en la perspectiva filosófica que se propone. El mismo término significa cierto sentimiento y también las acciones, virtudes o vicios, que de él provienen.

En el Cristianismo y en otras filosofías. En el Cristianismo, el orgullo se define como una estima exagerada de sí mismo, o amor propio indebido, que busca la atención y renombre. Para la Iglesia Católica encabeza la lista de los siete pecados capitales que escribiera Santo Tomás de Aquino. La causa por la que el orgullo (soberbia) ocupa el lugar principal en esa lista para la iglesia Católica, se debe a que según la Biblia fue lo que provocó la rebelión de Lucifer.

Sin embargo conviene no olvidar la connotación positiva, que, ya en su origen latino posee la palabra, puesto que la calificación de un acto como soberbio u orgulloso puede ser sinónimo de óptimo o de bella factura. En la filosofía Objetivista de Ayn Rand, in particular, el orgullo es una de las seis virtudes principales y se define como estima apropiada de sí mismo que proviene de la ambición moral de vivir en plena consistencia con valores personales racionales.

Distinciones modernas

Es interesante que, en el uso moderno, las significaciones positivas se suelen relacionar más y más con el término orgullo, mientras que las significaciones negativas se relacionan con soberbia. Ideas que se relacionan especialmente con orgullo incluyen la gloria personal y la autoestima apropiada. Ideas que se relacionan con soberbia incluyen el enojo y la arrogancia.

Ser soberbio

Entre las varias representaciones artísticas con que se ha identificado la soberbia se encuentran el león, el caballo, el pavo real, el murciélago, el color violeta y el espejo.

En ese espejo, me he visto varias veces, lo he escrito y me ha gustado. Me agrada ir con Alicia al otro lado del espejo, tratar de crear un mundo tan fantástico como el que he visitado.

Cuantos términos éticos se entremezclan en los juicios, se cae en tratar de encerrar la realidad. La crítica es para mejorar y nunca para dañar. Si se desea mejorar, creo que no tenemos que actuar como ciegos. Aquel que se deja llevar por el monstruo de la cultura, de las tradiciones y lo bien visto, caerá como títere y será fácilmente engañado.

El ser soberbio, es malo o bueno. Depende de cada quien, pero aun así se cae en categorías universales y metafísicas. ¿Es dañino querer despertar de un sueño, de ese gran sueño que se nos ha impuesto? Deseo despertar y volver a soñar una mejor fantasía.