sábado, 31 de enero de 2009

Nada


Nada entre la nada. Sin empeño
A la vida, que es nada, de improviso
Vine a soñar que soy yo; porque Dios quiso
Entre la nada levantar un sueño.

Dios, que es el todo y de la nada es dueño,
Me hace un mundo soñar, porque es preciso;
El silencio Dios, de nada un paraíso
Formó, nadando en eternal ensueño.

¿Qué importa que en la nada confundida
Vuelva a nadar, al fin, esta soñada
Vil existencia que la nada olvida,

Nada fatal de lo que fue sacada?
¿Qué tiene esta ilusión que llaman vida?
-nada en su origen- ¿y en su extremo? –Nada-

Antonio Plaza

sábado, 24 de enero de 2009

La estrella


He desarrollado mis facultades hasta sus límites
Sin embargo esto no basta para alcanzar lo divino
Medito y me uno a la conciencia universal
El meditador termina siendo meditado
Entiendo sin entender
Descubro posibilidades impensables
Pienso que todo se puede si se está en armonía con el espíritu
Mi mente ya no existe
Ahora el universo piensa por mí

sábado, 17 de enero de 2009

Letargo


Se ha detenido
Parece que no respira,
Que ha muerto
Pero esta en sueño
En un profundo letargo
Que suspira
En el recuerdo
De un pasado

La nieve no cae en todas partes
Solo en los sueños
Silenciosamente cae
Y se amontona en los adentros

Las estrellas se precipitan
Con la esperanza
De un día volver a nacer
Y volverte a tener

Es el invierno que hace que duermas
Que llena de melancolía
Medita
En silencio
En un respirar calmo y largo
Por qué así es el letargo

miércoles, 7 de enero de 2009

Esos amores eternos


Ojala nunca lo hubiera visto
Por que así hubiera vivido
En un engaño, sin conocer
Lo que es querer
A alguien ante la distancia
Ante la melancolía
De no poderlo abrazar
Tocar…

Nunca he de probar sus delicados labios
Rozar aquellas manos que invitan a tomar
Entre mis manos y mis deseos
Su recuerdo parece no terminar
Es como una serpiente de mil cabezas
Que me aprisiona y ahoga

Esos amores eternos que no mueren
Porque se quedan impresos en la piel
Aunque tus besos no estuviesen
Yo los hubiera escrito en un clavel

Aléjate de mí,
No vuelvas a sonreír
Ante mi presencia
Y tu ausencia
Pues siento que el corazón salta
Y que morirá si sale del pecho
Mas no puedo mentir
Aquel amor eterno
Por que siempre te veré
Ante la distancia



Por Arlequin sin rostro

domingo, 4 de enero de 2009

Instinto


---Primera parte--- Por Arlequin sin rostro

Ojo de gato

El señor D había llegado a mi casa, con una puntualidad que él solamente sabe realizar. Son pocas las personas que llegan cinco minutos antes de lo acordado o a la hora exacta. Tengo que admitir que sus pláticas son una de las pocas que aprecio y disfruto.

- Buenas tardes – Le dije cortésmente
- Hola. ¿Estás ocupado? – Preguntó el Sr. D.
- No, pasa.
El Sr. D me siguió a la sala, y lo invité a tomar asiento, después de ofrecerle un té, nuestra plática comenzó como acostumbraba.

- Me da mucho gusto verte A. Hay muchas cosas de que platicar y poco es el tiempo del que disponemos.
- Vaya que sí, la vida cotidiana es cada vez más aprisa, entre el trabajo y los gustos propios no queda tiempo para una plática.
Comenzamos a discutir problemas sentimentales, aquellos que nos aquejan de tiempo atrás, entre el corazón roto y que nuestra voluntad es en ocasiones débil, no podíamos más que escapar de la vida con una taza de té o con un dulce vino.

- ¿Cómo va el trabajo en la oficina?- Me preguntó D, mientras encendía uno de sus acostumbrados cigarrillos.
- Ya sabes, lo común, mucho estrés… -


Le contesté mirándolo fijamente. El Sr. D. es toda una caja de sorpresas, su carácter es uno de los más extraños que conozco. La mayoría de las veces es muy alegre, hace bromas, es sarcástico, pero sus ojos y anécdotas contienen una alta dosis de melancolía y de nostalgia, quizás esa impresión se resalta por los colores azules que acostumbra usar, antes habíamos platicado de las propiedades de los colores, y nos detuvimos en este color, quizás en otra ocasión les relaté que fue lo que platicamos. Su fisonomía vendría a complementar esta percepción que tengo, pues es un hombre de estatura media, con cabellos un poco alborotados, pero dando la impresión de que están en el lugar correcto, su color es apiñonado, con varios vellos repartidos en sus brazos y piernas, y una barba que delinea su rostro y un bigote que asienta sus medianos labios.

Como era costumbre, nos desviamos del tema, pues parecía que ligábamos los temas de una manera muy extraña y poco común.

- Tengo que contarte mi experiencia negativa con los gatos – Me miró un poco sonriente el Sr. D.
- Cuéntame, ¿qué pasó?
- Considero que el cariño que creí un día tener por los gatos ha quedado muerto. Hace como medio año, después de la ruptura con mi novia, decidí experimentar que es tener una mascota. Anteriormente había tenido un perro, el cual hasta sus últimos días habían sido placenteros, y pensé que sería lo mismo con un gato. Aquella criatura de ojos grandes y de largos bigotes, me enterneció los primeros días de su estancia en mi casa, sin embargo, conforme fue creciendo, fue saliendo su naturaleza animal, y espero que no suene a pleonasmo.
- En verdad que sí –
- La gata comenzó a tener un carácter cada vez más frio. Tengo que confesar que desde un principio tenía mis dudas, puesto que sé que los gatos son independientes y algo huraños, y pensé que su carácter chocaría inmediatamente con el mío, pues me considero un lobo.
- ¿Un lobo? – Pregunté un poco extrañado.
- Así es, primero te cuento mi experiencia con los gatos y después pasamos a los perros.
- De acuerdo, continua.
- Pensé que mi forma vaga no encajaría con el del animal, sin embargo seguí viviendo con éste. A los seis meses después de adoptar al gato, me encontré con una bella mujer que me enamoró, sin saberlo, había caído en sus garras.
- ¿¡Garras!? – Nuevamente pregunté.
- Sí, así es. Lo que sucede, es que esta dulce dama, tenía el aire de un gato, en ocasiones ella misma me lo había dicho, y el tome a la ligera, sin embargo sus rasgos la delataban, pues tenía unos ojos que te llenaban de misterio y parecían como si miraran a través de la noche. Sus uñas largas, pero bien cuidadas señalaban su naturaleza. En un principio se mostró como un gato indefenso, el cual estaba complacido con la llegada de un extraño que le tendiera la mano, no daba vueltas, no ronroneaba, pero si se mostraba alegre por mi presencia y los días que estuvimos juntos. Lentamente, fue saliendo de sí el gato, se mostró de carácter distante e independiente. No me molesta el hecho de que sea distante, pero lo que no soporté fue su soberbia y egoísmo.
- Dices que era egoísta, pero por qué –
- Tuvimos algunos problemas, en donde se mostraba que en cualquier caso, yo era el agresor, y que ella era la victima, pero una victima la cual no perdona, que reciente y se vuelve recelosa. Llegó a pedirme que hiciera un regalo que ella me había hecho y que después tiró, debido a que no pude presentarme cuando habíamos acordado.
- La dejaste plantada, es normal su actitud.
- No lo creo amigo. Menos aun, que me pidiera que rehiciera el regalo, puesto tanto como ella o como yo, no teníamos la culpa por nuestro desencuentro. En pocas palabras, su actitud de egoísmo extremo, me llevo a creer en verdad de que era un gato como me lo había dicho. En una ocasión me fijé que se rascaba como un gato, y le comenté que solo le faltaba que se relamiera. En otras, su mirada se quedaba fija, como esperando a que su presa cayera.
- En verdad que estás loco amigo mío, no creo que una persona pueda actuar así.
- Pues créelo, que tienes a un lobo como amigo. Tengo que decir que los lobos son peores que los gatos, pero eso te lo cuento después. Siguiendo la historia, después de que la despaché, aun hubo un último intento de regresar con ella, sin embargo, su instinto animal no lo permitiría. Sus acciones reflejaban de forma egoísta, como un gato, solo le importaba recibir cariño, y dar un poco a cambio, quizás una mirada dulce de vez en cuando, pero no más, jugando al gato y al ratón, se creía con el poder de hacer conmigo lo que quisiera, sin embargo no se lo permití. En una ocasión, después de un pleito, decidió acurrucarse en mi pecho, sin querer besarme, sin decirme ninguna palabra, como si yo no hubiera salido lastimado, y no estuviese enojado, se acostó y durmió. Después de despertar me dijo que estaba triste, y que por lo mismo había dormido, sin siquiera preguntarme como me había sentido yo por su actitud…
- ¿En qué más notaste que era un gato? – pregunté interesado en su analogía.
- En su egoísmo, que he subrayado un sin fin de veces, por decir en otro caso, siempre deseaba que la atendiera, que le comprará algo, y cuando ella me daba un presente, me lo reprochaba cuando tuviera oportunidad. Me contó una vez que un pretendiente pasado, le daba muchos regalos, y que ella los aceptaba sin remordimiento, puesto que ella no le interesaba en lo más mínimo aquél sujeto. Sus gustos culinarios en ocasiones rayaban en la exquisitez, puesto que no toleraba el queso, quizás sea porque aborrecía a los ratones, por otra parte, era muy quisquillosa, pues para ir a un sitio, tenía que ser bajo sus exigencias, en verdad que llegó a exasperarme su actitud.
- En verdad que cualquiera puede chocarse por eso…
- Así es, y pues en esa relación la única que existía era ella, no permitía que alguien más entrara a su mundo. Era en verdad como un gato, que se adueña de su entorno, de su casa donde vive, desde lo alto con su mirada ve a los extraños, ve a sus disque amos, en ocasiones baja para que le soben la pansa, o para comer, pero sólo cuando el animal así lo decide, de otra forma no ocurre. De igual forma, aquella mujer-gato, era en extremo celosa, no permitía que otra mujer me viera. Una vez me advirtió que yo era solamente suyo, y que no quería que alguien más me tocara. Quizás esta ultima parte se relacione con el anécdota de mi gato en casa, pues, no sé si te conté que debido a una fiesta en una amiga, un gato afuera de su casa maullaba, era un gatito el cual estaba perdido, y pues debido a que había llovido, estaba mojado, y creo que no había comido, pues le di un poco de alimento y no quedó nada de ello. Mi amiga no podía quedarse con aquél animal, y pues decidí buscarle un hogar, decidí bañarlo, pero cuando mi gata vio a este nuevo inquilino, se aventó contra mí, confundida y rabiosa. En verdad que me ha dejado una mala experiencia los gatos, ahora confirmo su naturaleza huraña, desconfiada, recelosa, y egoísta, creo que a la otra tendré un perro, o quizás algo más tranquilo como lo son los peces.
- Ay amigo, vaya que es una larga historia. En lo personal no me gustan los gatos, prefiero ahorrarme tu experiencia. Pero no crees que es su naturaleza ser así
- Pues sí, sin embargo, uno les abre las puertas de su casa, pero al parecer uno no es dueño de ellos, los gatos consideran que ellos son los amos y todo poderosos de nosotros, y quizás nosotros hagamos exactamente lo que ellos quieren…

- Así es… Creo que he hablado mucho de ella

sábado, 3 de enero de 2009

Om


Sobre Siddhartha de Hesse

Con esta palabra podría resumirse la obra de Herman Hesse Siddhartha. Om es uno de los mantras más sagrados del hinduismo. Simboliza el divino Brahman y el universo entero. Significa unidad con lo supremo, la combinación de lo físico con lo espiritual. Es la sílaba sagrada, el primer sonido del Todopoderoso, el sonido del que emergen todos los demás sonidos, ya sean de la música o del lenguaje.

La palabra armoniosa, que se sigue como un suave rio, así es la lectura de Siddhartha. La historia se centra en un joven que huyendo de las riquezas de su hogar, va en busca de su propio camino, de la respuesta que le llevará a un sin fin de experiencias, las experiencias de la vida misma.

Pasa de ser un príncipe a ser un nómada, que entra en contacto con Buda, dejándolo atrás a su compañero y gran amigo que ha de encontrarse durante su viaje. Descubre que ayunar, pensar y ser paciente son tesoros que han olvidado los demás, y ve con recelo a aquellos que ha nombrado hombres-niño. Aquellos, la mayoría disfruta del dolor, de la tragedia, pasa sin mayores problemas, se divierten ante las desgracias, el dinero, las riquezas, el amor, el odio, la tristeza y la alegría, pero sin meditar en aquello que ha de trascender a todo esto. Llega a encontrar una bella mujer, con la cual aprende el arte del amor, siguiendo un camino de éxito y de comercio, el cual lo desemboca a un hastío, y a reconsiderar sus pasos. Con varios años encima, emprende su camino, dejando atrás un hijo y a su esposa. Se encuentra al borde de la muerte, ha probado el Sansara, pero una palabra llega para renovarlo, es el OM. Aprende a escuchar de un viejo remero y del rio que es el maestro.

Este relato esta lleno de una gran carga espiritual, la cual invita a la reflexión, como es el caso del dolor, la muerte, y el sufrimiento, en el lado opuesto a la alegría y el amor, a la búsqueda de un camino, de las respuestas que parecen mudas, a la toma de decisiones, al sentimiento padre e hijo, del amor entre amigos, las enseñanzas de un maestro y sobre todo de la vida.

Es una lectura que recomiendo ampliamente.

Año nuevo


Ante los primeros minutos
De una visión de esperanza
Comienzan a crecer tus frutos
De un suspiro de añoranza
¡Has nacido
Y estás bendecido!

Suspira ante un futuro
Lleno de posibilidades
De un fragante conjuro
Que abre las caridades

No hay camino,
Se hace al andar
Recuerda tus pasos
De hace tiempo
De una vida pasada
Caminar y caminar
Sin miedo
Crece y termina
Ya crecerás
¡Vivirás!

Re-inicio


Un nuevo año esta comenzando. Han quedado atrás los días de histeria por las fiestas. Nuevas historias aun no se han vivido, pero se contaran en cuanto lleguen al tintero. El año 2008 dejó un sin fin de escritos, poesía, cuentos, filosofía, pensamiento, anécdotas, la creación del blog Tierra de Nadie, y de Simplemente Locura. Por mientras, el Arlequín sin Rostro, mantendrá su carácter dual, de pensamiento y análisis. Que el espíritu libre del loco ilumine los pasos de aquellos que buscan un camino. Me he propuesto introducir una nueva línea, pensamientos orientales, crítica o reseñas de libros, más que opiniones al respecto, seguirá en pie los escritos, cuentos, poesía, y opiniones en general. Sin más que decir demos paso a un re-inicio.

Año viejo


Ante los últimos minutos
De una visión de antaño
Ha terminado los dulces frutos
De un año que ha envejecido
Que ha muerto

Se recuerda con alegría y tristeza
Las andadas por la vida
De aquella que sufre y perdura
Ante la contingencia de la existencia

Nunca olvides,
Porque has de morir
Mejor que no termine
La memoria de tus pasos
Ni de tu sentir
Por que así has de crecer
Y llegarás a conocer
La luz oscura del eclipse