El 8 de febrero de este 2008, se cumplió 180 del natalicio del gran escritor de ciencia ficción Julio Verne Este pequeño escritor y filósofo, comenzó viajando más allá de su país gracias al ingenio de Julio Verne. El primer viaje que realicé fue a la Luna, con el libro “De la tierra a la Luna”, aunque la lectura al principio me resultó difícil, poco a poco, me fui adentrando a la atmósfera de este grane escritor. Después de viajar en la nave con Barbicane y Nicholl, Ardan. Como un satélite más, se convierte la nave espacial, que fue lanzada como un proyectil debido a la apuesta del Gun Club. Después de terminar el relato, tenía la sed de sabe que pasó con los tripulantes, axial que conseguí el libro “Alrededor de la Luna” continuación del primero. Después de esta experiencia maravillosa, me sumergí en las profundidades de la tierra, viaje alrededor del mundo en 80 días, estuve buscando al padre de los hijos del capitán Grant, después me sumergí en las profundidades en el Nautilus, con el capitán Nemo, para llegar a la culminación de la isla misteriosa, viaje durante cinco semanas en globo y aterrice en una época donde los edificios de cristal se alzan en lo alto, y una red de comunicaciones esta en apogeo. Esto es solo una parte de las increíbles aventuras escritas por Julio Verne durante su vida.
Despertando la Bibliografía
Una nueva sección, dedicada a las grandes figuras de la literatura y la filosofía. Es un honor que comience con el escritor que me dio asombrosas aventuras, y me encamino en por el terreno del futuro.
Jules Verne; Nantes, 1828 - Amiens, 1905) Escritor francés, considerado el fundador de la moderna literatura de ciencia ficción. Predijo con gran precisión en sus relatos fantásticos la aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves espaciales.
En 1836 ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París, cumpliendo los deseos de su padre, para seguir la carrera de leyes. En 1848 comenzó a escribir algunos sonetos y textos de teatro, y dos años más tarde aprobó su tesis doctoral de derecho y optó por la carrera de letras.
Julio Verne
Sus inicios literarios fueron difíciles, sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante, y recurrió a la docencia para sobrevivir. Desde 1852 hasta 1854 trabajó como secretario de E. Seveste, en el Théâtre Lyrique, y publicó algunos relatos en Le musée des familles, como Martín Paz (1852). En 1857 se convirtió en agente de bolsa y empezó a viajar; visitó Inglaterra, Escocia, Noruega y Escandinavia, y continuó sus escritos.
Posteriormente conoció al editor Hetzel, quien se interesó por sus textos y le publicó Cinco semanas en globo (1862), obra que lo lanzó al éxito y lo estimuló a proseguir con la temática de la novela de aventuras y fantasía. El mismo editor le encargó una colaboración regular para la revista Magazine déducation et de récréation, y en poco tiempo alcanzó una gran celebridad.
Aprovechando sus conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa, África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial, se convirtió en un especialista de los relatos de aventura de corte científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.
Inmediatamente se enfrascó en la redacción de Viaje al centro de la Tierra, para lo cual se aplicó a la geología, la mineralogía y la paleontología. Las detalladas descripciones de animales antediluvianos maravillaron a los expertos, poniendo de manifiesto su extraordinaria intuición científica. Su tercer gran libro fue De la Tierra a la Luna, cuya publicación despertó tal entusiasmo por los viajes espaciales que su despacho se inundó de cartas solicitando reservas para el próximo viaje lunar. Con el mismo interés fue recibida La vuelta al mundo en ochenta días, publicada por entregas, cuyo éxito fue tal que se llegaron a cruzar apuestas sobre si Phileas Fogg, "el hombre menos apresurado del mundo", lograría llegar a la meta en tan breve tiempo.
Escribió otras obras de gran éxito como Las aventuras del capitán Hatteras (1866), Los hijos del capitán Grant (trilogía, 1868-1870), En torno a la luna (1870), La isla misteriosa (1874), Miguel Strogoff (1876), Un capitán de quince años (1878), Las tribulaciones de un chino en China (1879), El faro del fin del mundo (1881) y Los viajes del capitán Cook (1896), entre muchas otras novelas que superan el medio centenar de títulos.
El 24 de marzo de 1905, enfermo de diabetes desde hacía años, Verne murió en su hogar, sita en el bulevar Longueville 44 (actualmente bulevar Julio Verne). Fue enterrado en el cementerio de La Madeleine, ubicado al noroeste de Amiens, en cuya tumba se representa a Verne emergiendo del sepulcro, obra del escultor Albert Roze. Su hijo Michel supervisó la publicación de sus últimas novelas La invasión del mar y El faro del fin del mundo. La serie Viajes extraordinarios continuó durante un lapso prolongado al mismo ritmo de dos volúmenes al año. Posteriormente se descubrió que Michel había realizado extensos cambios (El secreto de Wilhelm Storitz, Los náufragos del Jonathan) o versiones completamente nuevas de estas historias (El eterno Adán (1910) y La misión Barsac (1919)), cuyas versiones originales no se publicaron sino a fines del siglo XX.
Ultimas visiones Vernianas
En 1863, Julio Verne había escrito una novela llamada París en el siglo XX acerca de un joven que vive en un mundo de rascacielos de cristal, trenes de alta velocidad, automóviles de gas, calculadores y una red mundial de comunicaciones, pero que no puede alcanzar la felicidad y se dirige a un trágico fin. Hetzel pensó que el pesimismo de esta novela dañaría la promisoria carrera de Verne y sugirió que esperase veinte años para publicarla. Éste puso el manuscrito en una caja fuerte, donde fue «descubierta» por su biznieto en 1989 y publicada en 1994.
Cabe destacar la gran mente de este escritor. La visión que tuvo, generalmente fue positiva en tanto a los inventos del hombre y a su progreso. A diferencia de otros contemporáneos suyos, como es el caso de H. G. Wells, que es un pesimista con sus escritos.
Invito a la mayoría que desea viajar sin salir de la sala de su sala, a leer, o a releer este gran clásico de la ciencia ficción. En este mundo saturado de nuevos descubrimientos que nos ahogan, ver que los sueños de los hombres inician con un sueño, un anhelo y unas hojas en blanco.
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