sábado, 23 de febrero de 2008

Ataque al corazón


Ha pasado ya el 14 de febrero, día que se conmemora el día del amor y la amistad. La gente se congrega en los centros comerciales, dulcerías, florerías, tiendas de regalo para buscar algún detalle el cual regalar a sus amistades, pareja o familiares. De igual forma las papelerías se ven saturadas por la demanda de bolsas para regalo o para envolverlos en su defecto y entregarlos en una caja adornada con corazones. Los parques de las ciudades se ven como una masa flotante de globos multicolores, desde corazones, estrellas, flores, o algún personaje de moda. Las parejas van de la mano, caminando entre las calles de la ciudad, con una rosa en la mano, símbolo de que hasta el más simple detalle puede llevar consigo una sonrisa como resultado.

Después del susodicho día, el bombardeo por parte de las televisoras y la radio, vuelve a disolverse, somnolienta, esperando la ocasión para tomar nuevamente como pretexto otra fecha para vender. Mientras tanto queda el sabor de aquel día, preguntándonos el por qué de la fecha, si es en verdad importante regalar algo, el tratar de mostrar aquel cariño que se siente por una(s) persona(s), si en sí, debería de mostrar el cariño todos los días de nuestras vidas. De igual forma, la palabra amor, puede que sea un término muy amplio, pero es importante rescatar la connotación cultural e histórica.

Historiando a San Valentín

El Día de San Valentín es una celebración tradicional en la que los amigos, enamorados, novios o esposos expresan su amor o cariño mutuamente. Se celebra el 14 de febrero, onomástico de san Valentín. En algunos países se llama Día de los Enamorados y en otros como Día del Amor y la Amistad.

En la actualidad se celebra mediante el intercambio de notas de amor conocidas como “valentones”, con símbolos como la forma del corazón o de Cupido, aunque con la popularidad de Internet en la actualidad también se acostumbra a intercambiar Postales Virtuales.

Leyenda de San Valentín

En el año 270 d.C. Roma está en plena decadencia. Al emperador Claudio III consideró que los hombres casados rinden menos porque están emocionalmente ligados a sus familias, y que los solteros son mejor soldados. Así que prohíbe el matrimonio.
Valentín, un obispo cristiano, decide quejarse a su manera y en secreto comienza a unir en sagrado matrimonio a las parejas de jóvenes enamorados que a el acudían.
Cuando el emperador lo descubre hace detener a Valentín e intenta convencerle para que renuncie al cristianismo como no lo consigue lo condena a morir.
Durante las últimas semanas de su vida, algo impresionante sucedió:
El carcelero, habiendo visto que Valentín era un hombre de letras, pidió permiso para traer a su hija, Julia, para recibir lecciones de él. Julia, quien había sido ciega desde su nacimiento, era una joven preciosa y de mente ágil. Valentín le leyó cuentos de la historia romana, le enseñó aritmética y le habló de Dios.

En la víspera de su muerte, Valentín le escribió una última carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó:
"De Tu Valentín", iniciando así la tradición de enviar mensajes de amor.
Fué ejecutado el día siguiente, el 14 de febrero del año 270, cerca de una puerta que más tarde fuera nombrada Puerta de Valentín para honrar su memoria. Fué enterrado en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma. Se cuenta que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy, el árbol de almendras es un símbolo de amor y amistad duraderos.

Olvidando San Valentín.

Otro febrero concluye, y se va olvidando el día de los enamorados. La fiebre se perdió, pero resurgirá en otro año. Aquel rojo y rosa entra en letargo, y la campaña a favor del amor y la mercadotecnia queda en el estante del amado. Un ataque al corazón es recibido por la venta de cultura en toda la ciudad, y el corazón entra en conflicto entre su bolsillo, su corazón y la cultura.

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