sábado, 19 de enero de 2008

El Museo Nómada y la nostalgia animal de Gregory Colbert


Para las personas que hemos vivido en una ciudad la mayoría de nuestra vida, aunque sea pequeña, estamos alejados de la naturaleza. Nuestros sentidos son bombardeados. Las luces de los edificios, los anuncios, los automóviles, y la televisión enceguece nuestra vista. Los oídos se ensordecen con el pasar de los autos, el sonido estridente de las ambulancias, la música de los centros nocturnos, la radio, los aviones. Todo es parte de un constante caos que llena de concreto nuestra mente par olvidarnos de aquellas raíces que se entierran profundamente en un olvido.

La naturaleza, con su flora y fauna quedan a merced del recuerdo de las imágenes, y más aun si se vive en una metrópolis como es la Ciudad de México. Para recordar un poco la magia natural, el contacto entre hombre y animal, en el zócalo del Distrito Federal se inauguró el Museo Nómada para exponer la muestra fotográfica Cenizas y Nieve de Gregory Colbert.

Gregory Colbert es un fotógrafo canadiense nacido en Toronto en 1960. Comenzó a trabajar en el campo cinematográfico en 1983 con diversos documentales y cortometrajes dedicados a temas sociales. En 1992 expuso, por primera vez, su obra gráfica en el museo Elíseo de Lausana, Suiza, y en la Galería Parco de Tokio, Japón.

En abril de 1992 decidió desaparecer: renunció a su actividad cinematográfica y artística y en lo sucesivo se dedicó por entero, en el más absoluto silencio, a filmar y fotografiar la interacción entre el hombre y los animales (elefantes, cachalotes, manatíes, águilas, halcones, ibis, etc.) en el curso de 27 expediciones en India, Ceilán, Tailandia, Egipto, Birmania, Dominica, Tonga y Azores.

Las fotografías de Colbert transportan al espectador a un mundo irreal de sintonía entre el hombre con los animales, imágenes que transmiten serenidad y silencio intentando que el espectador oiga y vea el mundo de otra manera.

Conformando así la exposición “Cenizas y nieve de Gregory Colbert”, la muestra estará hasta el 27 de abril y el acceso es totalmente gratis. Es una excelente oportunidad para los defeños de apreciar el trabajo de este fotógrafo, y para las personas que nos encontramos un poco lejos de la ciudad capital, haremos lo posible por asistir y entregarnos a la profundidad de la animalidad nostálgica.


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