Con señales previas en el firmamento, la noche sin luna y estrellas cayó sobre mí. Avisando la llegada de la muerte de la vieja costra de mi alma. Ante la luz del sol, a medio día, rodeado por mis seres queridos, el eclipse nació en el cielo. Dando fin al amor y calor en la Tierra. Todo se petrifico, las personas se desvanecieron y quedo en la soledad de la oscuridad.
Muriendo
¡Oh rosa azul! marchitándose lentamente por la melancolía y la herida que le produjiste. Le quitaste el fértil suelo y lentamente bajo el verano se fue secando hasta morir.
Necio
Malagradecido el ángel caído por no aceptar el amor de las personas que lo quieren. Por su vanidad y egoísmo ha caído a las profundidades del averno. El ángel demonio desciende a buscar el dolor. Sus cadenas jalan al espíritu y es tragado por el olvido. Egoísta hijo de Adán, que no ve más allá de su nariz, pues esta cegado por las alas negras que salen de su espalda.
La noche continúa
Todo a mí alrededor se esfumó y evaporó, quedando el suelo raso y el cielo gris. La puerta de las ilusiones fue la primera en reconstruirse, seguida por el sexto cuarto, las paredes del laberinto se formaron una tras otra, retorciéndose hasta confundirse con el caos. El árbol de los sueños salió, totalmente seco y sin vida. Mi jardín de rosas se pulverizo, por la desolación y la amargura. El estanque pútrido surgió a borbotones, digna fuente de Hades, fuente del malestar y el vencimiento. El fénix volando desde el horizonte infinito, llegó solamente para convertirse en cenizas.
El ángel de luz y oscuridad, en medio de la confusión, solo veía como las cadenas en sus muñecas se reconstruían y se fijaban al suelo. Las alas rasgadas por la lluvia doliente de la noche. El grito ahogado por el dolor se volvía ha escuchar enmudecido y tragado por la soledad.
La esperanza se ha desvanecido junto a su estrella, la niebla no me permite ver. Sol y luna se han tragado mutuamente y se ha colapsado la armonía.
Noche de muerte, se lleva el alma, víctima del dolor, de mi cuerpo. Volvera a surgir vida a su debido tiempo. Ya he muerto una vez, y surgió un gran espíritu. Es cuestión de que pase por el sendero del olvido para salir de la confusión. El fénix no muere del todo, pues renace con un grito, nueva luz surge de él y emprende su vuelo.
Noche sin luna y estrellas
El sufrimiento que siento
Es solo por las almas muertas
Pues no miento
Me hiciste amarte
Ahora muero
Solo para recordarte
En mi espíritu que llora
Tu pérdida, que lamento
Sólo la luna sin estrellas
Puede calmarme
Es todo lo que siento
Muriendo
¡Oh rosa azul! marchitándose lentamente por la melancolía y la herida que le produjiste. Le quitaste el fértil suelo y lentamente bajo el verano se fue secando hasta morir.
Necio
Malagradecido el ángel caído por no aceptar el amor de las personas que lo quieren. Por su vanidad y egoísmo ha caído a las profundidades del averno. El ángel demonio desciende a buscar el dolor. Sus cadenas jalan al espíritu y es tragado por el olvido. Egoísta hijo de Adán, que no ve más allá de su nariz, pues esta cegado por las alas negras que salen de su espalda.
La noche continúa
Todo a mí alrededor se esfumó y evaporó, quedando el suelo raso y el cielo gris. La puerta de las ilusiones fue la primera en reconstruirse, seguida por el sexto cuarto, las paredes del laberinto se formaron una tras otra, retorciéndose hasta confundirse con el caos. El árbol de los sueños salió, totalmente seco y sin vida. Mi jardín de rosas se pulverizo, por la desolación y la amargura. El estanque pútrido surgió a borbotones, digna fuente de Hades, fuente del malestar y el vencimiento. El fénix volando desde el horizonte infinito, llegó solamente para convertirse en cenizas.
El ángel de luz y oscuridad, en medio de la confusión, solo veía como las cadenas en sus muñecas se reconstruían y se fijaban al suelo. Las alas rasgadas por la lluvia doliente de la noche. El grito ahogado por el dolor se volvía ha escuchar enmudecido y tragado por la soledad.
La esperanza se ha desvanecido junto a su estrella, la niebla no me permite ver. Sol y luna se han tragado mutuamente y se ha colapsado la armonía.
Noche de muerte, se lleva el alma, víctima del dolor, de mi cuerpo. Volvera a surgir vida a su debido tiempo. Ya he muerto una vez, y surgió un gran espíritu. Es cuestión de que pase por el sendero del olvido para salir de la confusión. El fénix no muere del todo, pues renace con un grito, nueva luz surge de él y emprende su vuelo.
Noche sin luna y estrellas
El sufrimiento que siento
Es solo por las almas muertas
Pues no miento
Me hiciste amarte
Ahora muero
Solo para recordarte
En mi espíritu que llora
Tu pérdida, que lamento
Sólo la luna sin estrellas
Puede calmarme
Es todo lo que siento
1 comentario:
Hola, es hermoso lo que escribiste de noche sin luna y sin estrellas..es tuyo?, estoy terminando una relacion justo hace unas horas, y me alivio leer esas palabras, describen lo que estoy sintiendo, espero llegue a ser u ave fenix,espero valgan la pena las almas muertas.
Gracias.
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