sábado, 6 de marzo de 2010

La puerta del cielo


Nuestro viaje quizás empezó antes de conocernos, no sé si trascienda las barreras del tiempo. Recuerdo aquella mañana cuando desperté y estabas a mi lado. Nos arreglamos. La cama estaba desecha, me senté al filo de la cama y te llamé. Saqué de mi mochila una hoja, era un regalo para ti. Te lo di, tenía unas palabras escritas atrás, diste vuelta a la hoja y encontraste un dibujo. Estaba pintado con colores de madera. El dibujo mostraba la orilla de un abismo cubierto por el pasto, apuntaba hacia enfrente... dabas unos pasos hacia el barranco, sorprendido por la vista volteaste a verme, las nubes flotaban lentamente en el aire y el sol coronaba el cielo. Sonreíste y dije:
-Sigue caminando... -
Respondiste: ya no hay piso.
- Confía en mí- dije.
Distes unos pasos y una reja circular de oro apareció ante tus ojos, volteaste. -Te dije que te llevaría al cielo-. La puerta se abrió de par en par y tomaste mi mano, caminamos hacia la puerta, entramos al cielo.

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