No sabía con precisión a dónde me llevaría. Le comenté a mi guía que si quería más adelante podría llevarlo al infierno, podría mostrarle el castillo luminoso donde se encuentran los grandes filósofos, le dije que me parecía injusta tal ubicación del castillo, a las afueras del infierno, en cambio a los teólogos los habían ubicado en el cielo.
-¿Injusto? - Preguntó mi guía.
-Sí... es injusto. También podría llevarte al paraíso terrenal.
-¡Claro!. No sólo iremos al Mictlan, sino también al Tlalocan o al Ilhuicatl...
Tengo que confesar que sabía muy poco de esos lugares, había leído un poco de mitología mexicana, soy mexicano... sin embargo sé más de la cosmovisión griega... ambos mundos me fascinan y creo que mi guía estaría igual de perdido en el infierno que yo en el Mictlan...
-¿Injusto? - Preguntó mi guía.
-Sí... es injusto. También podría llevarte al paraíso terrenal.
-¡Claro!. No sólo iremos al Mictlan, sino también al Tlalocan o al Ilhuicatl...
Tengo que confesar que sabía muy poco de esos lugares, había leído un poco de mitología mexicana, soy mexicano... sin embargo sé más de la cosmovisión griega... ambos mundos me fascinan y creo que mi guía estaría igual de perdido en el infierno que yo en el Mictlan...
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