domingo, 3 de enero de 2010

La inspiración


Algo caprichosa, en ocasiones se ausenta por largos periodos de tiempo, se pierde en la memoria, a veces en el momento menos pensado aparece. Una simple palabra, una imagen, una canción pueden ser aquél aliento divino del que hablaba Homero y Hesíodo. En cualquier momento, en cualquier lugar puede respirar sobre tu hombro, susurrarte suavemente una idea, es como si se lanzara una piedra en un lago, las ondas se van incrementando lentamente a lo largo, una sola idea puede desembocar en un gran pensamiento. Una explosión de colores, matices, ritmos, perspectivas, historias, momentos, caminos y desenlaces, todo esto contenido en una gota de inspiración. Puede ser violento el encuentro con la inspiración, pues se habla de un rapto, la persona es robada por los dioses y se le muestra en un momento algo fuera del mundo. En la antigüedad se habla de las musas, nueve divinidades que vivían y cantaban en el Olimpo, que en ocasiones revelaban a los mortales el futuro. Algunos dicen que es mejor que la inspiración nos encuentre trabajando, otros simplemente dejan que ella se acerque y se pose en la nariz como una mariposa.

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