sábado, 17 de noviembre de 2007

Suspiro


Los recuerdos, los instantes se quiebran sólo
cuando se olvidan.
La verdadera muerte es el olvido,
las miradas reencuentran,
los abrazos y los besos nos recuerdan que estamos vivos.
Las miradas son puentes,
los ojos las puertas del cielo
“azul”.
Probablemente
azul como tu color favorito,
como lo que te rodea,
como el recuerdo,
que aun mantengo en ese espejo,
en la memoria.
Tus ojos, mis ojos son puertas.
Las miradas son puentes,
las palabras sólo las mensajeras
de este llanto, de este grito,
de la agonía de no tenerte,
de buscar estar cerca,
de tocar el cielo con la mano
y dejarle ir.
Sin embargo, cuando duermo,
cuando vuelve tu recuerdo.
Sé que no estas lejos,
que estas al otro lado del espejo,
que bastan algunos pases mágicos,
que bastan palabras, risas, llanto
magia, palabras, canto…
y te tengo a un lado,
y te encuentro
y sé...
que estarás ahí abriendo la puerta,
dejándome cruzar el puente.

Pensamiento dedicado para el artesano de palabras, por parte de mi gran amigo Luís Morales, el historiador de la Ciudad de México. Gracias

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