domingo, 31 de octubre de 2010

Nostalgia de la muerte


¿Qué es lo que nos detiene aún aquí?,
Los amados descansan hace tiempo.
En su tumba termina nuestra vida,
vivimos de dolor y de miedo,
ya no tenemos nada que buscar,
harto está el corazón -vacío el mundo.

Novalis. Los Himnos a la noche.

viernes, 29 de octubre de 2010

De un solo centímetro


Son varias las situaciones y los lugares en donde se me ha acorralado. Delimitado en una serie de preceptos y reglas establecidas. He escuchado varias veces la negación de mis deseos. Pero hay una parte de mí, un centímetro de mi cuerpo que sigue latiendo, que es totalmente mío y de nadie más. Dónde mi deseo tiene lugar por más que se le reproche de inútil y absurdo. Un centímetro que desea expresarse en medio de la vorágine actual. Es un lugar cómodo, lo admito pero mi espacio ha sido conquistado en varios aspectos. Es por eso que deseo darle un milímetro más a mi cuerpo y con este a mi alma y corazón. ¿Porqué no puedo besar a la persona que quiero en público por temor a ser golpeado? ¿Porqué no puedo sonreír si algo me parece gracioso? ¿Porqué se me tacha de mártir y de violento contra mí mismo si me quejo o levanto la voz expresando lo que siento? A caso no puedo decir lo que pienso. Quiero decir(me) que aun hay un lugar que es propio de mí. De nadie más y que se mantiene firme a pesar de las circunstancias. Aunque parezca optimista seguiré caminando hasta donde se me permita, y si se me niega tal privilegio marcharé en mí centímetro cuadrado el cual puedo ampliarlo hasta el infinito por medio de algunas palabras. Porque las palabras me han liberado en ocasiones pasadas y deseo hacerlo a lo largo de mi vida. Así es, esto es una queja que conlleva a una confesión. Seamos libres dentro de aquél espacio que aun nos queda.

martes, 26 de octubre de 2010

Desde entonces


Las estrellas huyen mostrándose. No es de nuestros ojos, es de nuestro tacto, de nuestras manos opresoras de donde huyen. Se retiran, se hunden en el inmenso esapcio, ¡tan elástico!, pero siempre amigas a distancia, como el amor, el verdadero amor no hallado, permanecen testigos de nuestra ansia. Testigos fieles de nuestro combate, las estrellas. Ya no marcharía hacie el ayer tan sola.


Zambrano, María. (1998). Los intelectuales en el drama de España y escritos de la guerra civil.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Creciente


Luna de prieda que cae a pedazos cada noche,
medio corazón de jade sacrificado cada tarde .
Luna de piedra que cae a pedazos cada mañana
Medio tazón de recuerdos quebrado cada día.

lunes, 11 de octubre de 2010

Viento


Vuelan los hilos
con sus alas de vidrio
pequeños dragones y caballos.
arrastran las carrosas de viento

Tierra


Olores café y blanco
Corteza crujiente
núcleos de migajón
hojas de azucar

domingo, 10 de octubre de 2010

La llama


No deseo la luz cegadora, tampoco deseo la completa oscuridad. Anhelo la llama, aquella luz que alumbra pero no impacta, aquella luz cálida que no olvida la oscuridad. La deseo porque el centro de la llama es oscuro y en la oscuridad está el misterio.

jueves, 7 de octubre de 2010

Monólogo abierto: Sobre la ausencia


Soy consciente de tu cariño pero la ausencia en ocasiones me transporta a lugares que desearía no ir. Admito que estoy enamorado de ti, que al verte sonrío y mi cuerpo se estremece, pero también admito que me invade la duda. Duda de que tus labios toquen otros labios, de que tus manos recorran otro cuerpo que no sea el mío. ¿Tengo razones para pensar esto? En realidad no. No me has dado pie a que tenga este pensamiento, pero es esa misma ausencia la que me hace pensar que sí. Se puede pensar que he sido yo el que te ha engañado, no es así. Mis labios sólo han tocado los tuyos, mis manos han buscado las tuyas solamente. Mis pensamientos son los que me han transportado a un pasado ilusorio, a un pasado que yo mismo he convertido en mi edad de oro. Un pasado al cual me gustaría regresar, regresar en algunos fragmentos cuando conocí a la luna, luna que me tomó por la cintura y me besó, que agarró mi mano y me llevó a un sinfín de lugares… Sé que es una pérdida de tiempo recordar aquello que ya fue, pero mi mente reacciona con mi cuerpo y desea abrazar lo efímero. Es como si tu ausencia despertara otra más profunda, no hablo de la ausencia de la luna, más bien hablo de una ausencia personal, propia, muy íntima. ¿Miedo al rechazo? Vaya que ha sido un gran problema para mí y más para aquellos que estuvieron alrededor. Así es… tengo miedo al rechazo. Lo admito, tengo miedo. Miedo de que te vayas, de que me rechaces, de que te vayas y me olvides. Temor a que me digas algún día: hasta aquí… a eso le temo… y puede pasar, ha sucedido antes, pero lo he propiciado. Esta vez no lo he hecho, he mantenido aquella bestia bajo control. No te he lastimado con mi lengua, sólo te ha besado, mi cuerpo te ha acompañado y abrazado, pero no empujado. Porque me siento vacio y lleno, vacio para que entres y a mi mundo, lleno para mantenerme en la realidad. Eres mi presencia y ausencia, eres mi delirio y amor, eres tantas cosas. Y todo esto me lo digo a mí mismo, ¿en forma de monólogo? No lo creo, siempre hay un desdoblamiento, y aquél que lea estas palabras estará conversando conmigo pero también con su doble, y así ya no sólo seré yo, sino muchos otros. Desde la primera palabra hasta esta he viajado por innumerables mundos, es mejor dejar de avanzar y concluir.

domingo, 3 de octubre de 2010

El Punto


Vaya que ha pasado el tiempo desde que entré a trabajar al cibercafé. No recuerdo con precisión la fecha en que inicié mis labores, pero si recuerdo la cantidad de experiencias que me dejó trabajar. Mientras me encontraba en el limbo, pues después de salir de la prepa y entrar a la universidad, me encontré ante una carrera que no me gustó, decidí salirme y buscar empleo. Primero intenté trabajar en una tienda de ropa, pero no me gustó el ambiente. Me retiré con mis 20 kilos de más en el cuerpo y comencé ponerme metas en la vida, metas a corto y mediano plazo. Quería adelgazar, entrar a la universidad, y encontrar trabajo. Mis pretensiones se encaminaban a entrar a dos carreras. Después, gracias a una amiga de la prepa obtuve el empleo de encargado del cibercafé El punto. Cuando entré me sentía temeroso, al principio me fastidiaba, sentía que las horas nunca terminaban, además la actitud de mi jefa no era muy agradable… me sentía totalmente desubicado… pero eso fue cambiando con el tiempo, me fui acostumbrando hasta que pasaron cuatro años y medio y heme aquí, escribiendo unas cuantas palabras nostálgicas sobre mi primer trabajo que está por concluir este domingo. Pensar en El punto, es recordar tantas experiencias. En primera, que entraba a las salas de chat para conocer muchachos, después salía con ellos, y así fueron mis primeras reuniones. También conocí a mi primer novio duradero y tormentoso, que a pesar de la distancia, llegué a ser cosas que nunca creí hacer: salirme de mi casa, sin saber la ruta precisa, los pasos a seguir, era mi primer viaje fuera de casa totalmente solo y patrocinado por mi sudor. Por otra parte, aprendí mucho, sobre astrología, computación, filosofía, literatura, arte, etcétera. Tener la computadora enfrente me obligó a investigar y curiosear. Lamentablemente todo lo que empieza termina y con esto quiero darle un espacio a aquello que me dio tanto y que me enseñó mucho más. Gracias por estos cuatro años de gratas experiencias…