sábado, 4 de julio de 2009

No me mires...


Tenía un cuadro poco común en la sala, era un cuadro que había comprado hace tiempo, desde el momento en que lo vi me llamó la atención, era un rostro. Dirán qué tiene de especial una cara. Pues en esté donde deberían de estar los ojos estaba la boca y en lugar de este los ojos, la nariz se mantenía en su sitio. Un día, me quedé viendo el cuadro, pensando una y mil cosas, hasta que un pensamiento agresivo saltó en mi mente, me parecía ahora grotesco el cuadro, pensaba en bajarlo de su sitio y colocarlo en un lugar donde nadie lo pudiera ver, mi mirada se centraba en él, no parpadeaba, mis dedos se apretaban entre ellos, y mis dientes se tensaban… mis sentimientos fueron interrumpidos por una voz proveniente del cuadro que me dijo: No me mires con ese tono de voz…

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