Donde la intolerancia es la mayor ignorancia posible en el ser humano. La soberbia de los hombres se vuelve latente con cada palabra que emana de su alma y sus prejuicios se convierten en la peor arma posible. Donde un lastre carcome lentamente la sociedad, los estándares de la normatividad establecida a lo largo de la historia. Cada sociedad tiene diferentes palabras para denotar a la realidad, de igual forma son diversas las costumbres de cada región del planeta. Pero hay algo en común en todas las regiones, y es el problema de la comunicación y la libertad con aquel “otro”, me refiero así, tomando la concepción de Martín Buber (filósofo, teólogo y escritor judío austriaco/israelí) con respecto a los individuos. Este "otro", es una forma despectiva de ver al individuo fuera del propio "yo", aquel que en un principio fue un “él”, ahora se ha transformado en un simple objeto más de la realidad. Los medios de control lentamente han ido perdiendo fuerza a lo largo de la historia, aunque cabe mencionar que ciertas tradiciones, como la musulmana, aun presentan un fuerte hermetismo con respecto a una libre orientación sexual.
Cuando se esta en el centro de la discusión, es cuando se sabe en carne propia lo que es el rechazo, el miedo, el estigma que causa la propia sociedad. Para aquellos que viven dentro de la normatividad se limitan a negar, aceptar o a medio aceptar algo que esta latente en el mundo, sin embargo, aun hay opiniones encontradas, y los prejuicios son los que salen a relucir por desgracia. Afortunadamente, la nueva generación de jóvenes esta viendo con buenos ojos la diversa diversidad sexual, aunque el cambio lamentablemente no se da en un suspirar, aun hay cierto dejo de malestar, algunas personas dirán que la preferencia sexual (homosexual) es problema del otro. Esa palabra, problema, aun replica en las mentes de las personas. Varios son los grupos que consideran a la homosexualidad como una enfermedad, una patología psicológica, o más aun, un mal al que hay que erradicar o cambiar. Desde la perspectiva de la iglesia católica, la homosexualidad es un pecado, y más aun la homosexualidad, y es aqui, donde el individuo dentro de una religión, se encuentra sin apoyo, añadiendo el temor por el rechazo de la familia, por los compañeros, amistades y personas cercanas, de igual forma a los actos de violencia que se presentan en contra de los homosexuales, los cuales incluso llegan a matar, a todo esto, se le añade el factor machismo, esta degradación del hombre por medio de la sublevación del mismo, ya sea en la familia o en la calle, los insultos se hacen escuchar en voca de estos garabatos, lo cual hace pensar si no tienen algo mejor que hacer, o cuál es el motivo de tanta atención o molestar hacia su persona por ver a un sujeto homosexual.
Cabe mencionar que la homofobia va en descenso, sólo algunos países esta penalizado, sin embargo es importante la educación para aclarar que la homosexualidad no es un mal congénito. La categoría “homosexual” apareció a mediados del siglo XIX; antes de esto la así llamada “sodomía” era una conducta capaz de ser practicada por cualquiera y no, como suele creerse, una categoría que califica a la persona. Muchas teorías se inventaron para dar cuenta de la homosexualidad centrándose en la pregunta por la génesis. Sin embargo, lo que todas ellas tienen en común es que siempre se ha partido del supuesto que esta conducta era patológica o al menos no era “normal”.
Aun falta en nuestro país estudios de género, los cuales conlleven a informar a la población. La discriminación y la intolerancia son hijos de la ignorancia, el miedo que provoca el simple hecho de ser homosexual, aun sigue siendo el primer momento dentro de la vida de un sujeto gay, el cual dependiendo su contexto se desarrollara saludablemente o quedará dentro de los límites de la sociedad que lo margina a ocultarse dentro de sus propios miedos y confusiones.
Levantar la voz, para que haya un cambio es imperativo, y el miedo se rompe cuando el conocimiento y la aceptación de cada quien se hace presente en el mundo. No hay que darle el peso equivocado a este tema, puesto que aun es fácil señalar a una persona limitándola por su sexualidad, orientación sexual, estatus económico, color de piel o creencia, puesto que somos más que eso, seres con capacidad de raciocinio, aunque a veces parece esto falso, cada persona es mucho más que una preferencia sexual y esto queda demostrado por la gran cantidad de ejemplos de personas homosexuales que han pasado a la historia con H mayúscula, que han influenciado, aportado ideas al espíritu humano y ha trasformado su medio, y si volteamos a ver la pequeña historia, aunque es la que construye la mayor, aun así hay individuos que sobresalen por sus logros y méritos propios.
Entre insultos, marginación e ignorancia, hay que mantenerse en pie y saber caminar entre aquellos que aun siguen estando en la Edad Media. La indiferencia ante estos movimientos es muestra clara que aun hay grupos conservadores y mentalidades retrogradas. Pero el creciente conocimiento, es el encargado de quitar las vendas de los ojos de los individuos, destruir aquella tradición de culpas, pecados, ignorancia, intolerancia y miedo, que ha dejado el humano mismo en contra a sus congéneres.