¿Recuerdas? Subimos al camión, me senté, sonreíste y me robaste un beso. Íbamos hacia Coetzalán. Por la noche te di la espalda, estabas enojado y yo cansado. Desperté y me habías agarrado de la mano. Eres un ladrón de besos y ese tipo de detalles no se olvidan.
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