viernes, 30 de octubre de 2015

Fuego fatuo



Sin transcursos calmados
procede el viajero inerme.
Maltrecho el sendero cansado
trata de esquivar al durmiente.

Sonríe el horizonte y oscila
antes de menguar. Reposa el polvo
y el cielo cinericio exhala favila.
Él salta las frigentes vías al fondo.

Lejos y leve radioso el fuego fatuo.
Lo detienen sus entrañas maznadas,
El baile verde ígneo le es arduo.
Avanza y disminuye las miradas.

Son trampas para alejarlo del pical.
El canto pírico lo seduce.
Sin mástil y cuerdas cae al esteral.

No hay lugares para el encuentro

Do ha quedado ahora el fuego fatuo

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