Totalmente honesta. Cuando quiere salir, nos mira y produce
un pequeño gemido. Si desea comer mueve su plato con la patita buscando por
debajo. Es encantadora sobre todo cuando busca cariño porque se acurruca a
nuestro lado, entre cierra los ojos y ronronea agradecida por la mano que le
acaricia la barbilla (su lugar favorito). Es igualmente honesta cuando no desea
compañía y busca un lugar apartado para descansar. La extrañamos cuando se
ausenta por algunas horas. La extrañamos como a cualquier ausente que esperamos
y con la misma esperanza de que llegará bien hasta nuestro lado.
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