domingo, 18 de diciembre de 2011

Mereces más que palabras llanas


No te diré que las rosas son rojas
y que las estrellas brillan en el cielo.

Tampoco que me acaricias como las hojas
de primavera o que no pasa el tiempo;
mereces más que palabras llanas.

Por eso te regalo mi sonrisa franca,
mi pecho cálido para servirte de almohada
y algunas palabras de aliento
para que no concibas la vida como sufrimiento;

no derrames más tus lágrimas sobre el suelo
júntalas y dámelas que las convertiré en alegría;
aquellas gotas amargas caerán al mar
y las estrellas no se volverán de sal.

Te pido que tomes el fuego de mis ojos
y los conviertas en tu espada y escudo;
no dejes que el odio de la gente se convierta
en el propio y te destruya.

Diluye en aire los días pasados.
¡Toma! Te regalo los céfiros
para que se lleven las palabras agrias
y mueran como alimañas.

A tu disposición te doy mis sueños
¡tómalos!, hazlos crecer como a la luna;
te doy mi palabra de estar a tu lado
hasta que los edificios se vuelvan ceniza.

No confío en el azar, pero sí en el latir
de cada una de mis células rojas y azules.

Sabes lo que siento,
lo que padezco y disfruto.
Aunque digan que sufrimos como dementes,
caminamos constantes cada tramo.
Porque dos palabras son insuficientes,
aun así te las digo: te amo.

2 comentarios:

Riccy dijo...

Nunca he dudado que es afortunado aquel para el que compones un verso y mas cuando es tan bello como este.

Saludos

David dijo...

Gracias Riccy por tu comentario. Pues, he "escrito" inspirado por varias personas, pero estoy conciente de que es imperfecta la construcción. Saludos