jueves, 31 de diciembre de 2015

Para el biógrafo


En realidad no sé si algún día tendré un biógrafo que le interese lo que viví, más bien no sé si mi vida es propia de ser contada por alguien más puesto que no he hecho mucho para cambiar la realidad de los demás. El cambio de la realidad es importante para que alguien se tome la molestia de acercarse a una vida entre otras de lo contrario no tiene gracia. ¿De qué privilegios goza una simple hoja de un árbol en cualquier lugar sino es importante? Si llega a suceder que haga algo importante de ser mencionado entonces esto es para ti biógrafo anónimo. No sé tu nombre ni tu edad o estudios. No sé de dónde vienes o cuál es tu historia hasta el momento. Quizás haz llorado por muchos eventos en tu vida. Posiblemente haz visto partir a varias personas importantes en tu vida de la cual hallas escrito algo en alguna parte, escribiste esas historias mezcladas con otras tantas en aquella computadora que te regalaron tus padres y tú no te esforzaste en conseguir o quizás fue todo lo contrario. Quizás pasaste varios años esperando una computadora en dónde escribir tus escritos de la licenciatura como yo.
Te escribo esto porque quiero decirte la gran cantidad de momentos los cuales vas a omitir. No es tu culpa, es la realidad misma, la vedad es muy grande para ser contada con cada centímetro. La propia Virginia Woolf lo escribe en el Orlando, esa excelente historia biográfica donde por momentos se detiene para intentar reflejar los sentimientos del protagonista. Por mi parte y hasta el momento quizás no haya nada qué decir. No es un caso tan perdido como piensas todavía (quizás me lo digo a mí) pero hay mucho de dónde cortar. Dicen que toda primera historia de un escritor es autobiográfica, pienso que es una confesión.

Entiendo el viejo dicho que dice “no hay nada nuevo bajo el sol”. No obstante todo se repite de muchas maneras. Por eso te digo que omitirás muchas cosas de mi vida. Te irás directo a los eventos principales: lugar de nacimiento y la fecha, los grados obtenidos, las personas relevantes (si es que llego a conocer a alguna tan famosa). Por el momento no deseo la fama sino contar, narrar una historia y que la escuchen los demás. ¿Qué pasarás por alto? Pasarás por alto los días encerrado en mi cuarto llenándome la cabeza con ideas absurdas sobre la vida, no hablarás de los días en que lloré mientras tomaba cerveza directo de la botella, ni de la cantidad de colillas de cigarros. Tampoco hablarás de lo que veía en la tele o en internet, las películas que me hicieron llorar, suspirar o reír. No hablarás de los hombres que se cruzaron en mi camino no sé si para mal o para peor. Por eso te escribo para que sepas que cada minuto ha sido una lucha constante contra mí. No dejarse caer es, quizás, lo más humano o es una vana esperanza. 

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