El domingo 14 de junio de 2015 el vocero de la Arquidiócesis
de Xalapa, José Manuel Suazo Reyes expresó por medio de las redes sociales la
opinión acerca sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo, a razón del
primer matrimonio realizado en la Capital del Estado el viernes 12 del mismo
mes. Considera que el matrimonio viene del latín que significa “oficio o condición
de la mujer que se fundamenta en la posesión de la matriz”. Sin tanta alboroto
podemos pensar en varias situaciones donde no se cumple dicho argumento.
Existen varias mujeres que por varias razones no pueden dar a la luz, ya sea
por la extracción de la matriz o por cuestiones fisiológicas. De lo anterior
surge la pregunta: ¿una mujer en dichas condiciones debe estar imposibilitada
para casarse?
Otro de los problemas que
resalta es la idea esencialista de la palabra. Al parecer el vocero cree
fervientemente que las palabras tienen un asidero más allá de toda índole
práctica y que son reflejos de una realidad verdadera e inmutable. No le vendrían
mal unos cursos sobre desplazamientos semánticos o de historia del lenguaje (ya
no digamos del español).
Más adelante afirma que: "No
se puede denominar matrimonio a una relación socio asistencial, sexual o
meramente afectiva, llamar matrimonio a las uniones civiles entre personas del
mismo sexo es algo contradictorio, una realidad contra natura y algo que ofende
a la humanidad". Para la iglesia católica en Xalapa parece creer que toda
forma de unión que no conlleve la reproducción está imposibilitada para
llamarse matrimonio. Lamentamos decirle que existen muchas parejas
heterosexuales incapaces de procrear y han llegado al extremo de adoptar. Por
otra parte, sigue apareciendo la idea de naturalidad de las cosas: el hombre
debe unirse con mujer porque es natural. Nuevamente, se les invita a unas
clases de biología, ya que al parecer les gusta citar a la ciencia sólo cuando
les conviene. Por último, se refieren a que el matrimonio entre personas del
mismo sexo ofende a la humanidad, como si ésta fuera un bloque homogéneo donde
sólo existe un sentir. Nuevamente, lamentamos informarle que existen muchas
formas de ser, incluso hay personas que no creen en la cristiandad. A pesar de
esto, no vemos que se rasguen las vestiduras por la condición religiosa de toda
la humanidad la cual es diversa y rica en creencias y cosmovisiones.
El vocero indica que el Estado
debe contemplar otros términos para estas uniones. Al parecer ellos son los
guardianes celosos de las palabras, sobre todo del matrimonio. La pregunta es
¿quién los ha legitimado para ser el guardián de las palabras? Sino mal
recordamos, el lenguaje es algo vivo que se trasforma a partir del uso de los
hablantes. No hay esencialismos en las palabras por más que ellos quieran verlo
así.
Otra idea que señala el vocero
es que se lesiona el concepto de la familia y crea malestar en la sociedad
mexicana. Esta idea se asemeja a la generalización sobre la humanidad. Es
decir, si las acciones recientes dañan a la sociedad mexicana, entonces, ¿las
personas homosexuales no son parte de la sociedad mexicana? Dice el vocero que
no se discrimina, pero al parecer el estatuto político, social o religioso
presupuesto por la iglesia no contempla a los homosexuales dentro de la
sociedad mexicana.
Sigue hablando e vocero y nos
dice: "No existe discriminación, la ley vale para todos y la sociedad tiene
un modelo de matrimonio que ha demostrado su eficacia por muchos siglos,
ninguna civilización ha impuesto el matrimonio homosexual. Una cosa son las
prácticas sexuales de los ciudadanos y otra muy distinta la familia, generación
y educación de los hijos. Cambiar el paradigma de matrimonio dado sólo entre un
hombre y una mujer resulta irresponsable y peligroso para la sociedad". Es
decir, ¿las personas antes de procrear necesariamente se casan? Lamento
decirles que no es así. Muchas personas tienen hijos sin llegar a un contrato
civil o religioso, de lo cual no se sigue que sean menos prestigiosas o
carezcan del estatuto que la iglesia católica desea seguir imponiendo al papel
del matrimonio. Por otra parte, es absurdo pensar que no se ha impuesto el
matrimonio homosexual por ser incorrecta. De igual forma, al parecer ninguna
sociedad ha impuesto como obligación el acto de casarse. Por último, seguimos
sin percibir porqué es peligroso para la sociedad el matrimonio entre personas
del mismo sexo. ¿En dónde radica la peligrosidad del acto? Quizás tenga que ver
con lo último expresado por el vocero el cual considera que esta imposición
legislativa provoca el deterioro de la sociedad y de los valores. ¿Cuáles
valores? Nuevamente aparece la idea de que la cristiandad tiene la última
palabra y deben acatarse sus valores. Por fortuna, muchas personas están fuera
del ámbito cristiano y profesan otro tipo de religiosidad, e incluso hay
personas que no creen en dichos ámbitos. Pero la necedad ideológica de ellos
los ciega y creen que la sociedad es un monolito. Lamentamos profundamente la
ignorancia con la que se presenta el vocero y estas declaraciones tan faltas de
respeto y cordura. Lamentamos que ellos estudien para terminar diciendo una serie
de discursos vacíos y carentes de visión. Señor vocero, la humanidad es más
grande de lo que usted y los suyos piensan que es, la Tierra no es el centro del
universo. Los invitamos a vivir en esta época.