lunes, 15 de noviembre de 2010

Laguna soñadora


El sonido del saxofón, del chelo, y la batería me transporta a un lugar alejado de mi espacio y tiempo. La laguna soñadora tema de un disco que tiene como portada una manzana con un popote incrustado, hace que aparezca la imagen de mi padre en la cabeza. Siento como si aquellos sonidos fueran la representación viva de una época de la cual sólo tengo vagos recuerdos. El sonido del saxofón se funde con colores cafés, amarillos y blancos, colores de los años ochentas del cual sólo viví dos porque llegaron los noventas sin tregua alguna. Frente a mi la laguna donde se construye un puente con aquellas notas, camino de orilla a orilla y al otro lado la figura de mi padre se dibuja borrosa. La música de éste disco me hace reflexionar sobre las posibles palabras que me diría mi padre si me viviera en este momento. Qué pensaría de mí sobre los estudios que realizo, sobre mi forma de vida, gustos y prácticas. Era una persona inteligente, graciosa y bondadosa, imagen que construyo con los pocos recuerdos que me quedan, no porque sea doloroso recordar, simplemente porque el agua de aquella laguna ha borrado la mayoría de mis recuerdos infantiles con mi padre. Sin embargo, la música, aquellos sonidos de pianos y baterías me hacen despegar de mi presente para caer en aquella agua de la laguna soñadora.

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