sábado, 18 de octubre de 2008

www.individualista.com


Hijos de las computadoras y del internet

Han pasado 47 años desde la creación del Internet, con el objetivo de transmitir paquetes de información de forma rápida y económica. Su crecimiento en círculos académicos ocurrió durante los años sesenta y setenta, ya para los ochentas su servicio se abría y el número de servidores y de usuarios creció. En los 90, aparecieron los primeros navegadores, y la palabra “surfear la web” se hacía escuchar. Actualmente, el internet sigue su evolución, y cada vez más hay nuevas posibilidades de uso. Aquellos para los que nacimos a finales de los 80 en México, conocíamos muy poco del internet en un principio, los trabajos de la escuela se hacían basados en libros y no en Wikipedia, en los museos era una novedad navegar por Internet, ahora los Cibercafés se encuentran en la vuelta de la esquina. Cabe destacar que a la par de la red, está la rápida difusión de las computadoras. Al principio de los noventa, aun se hacían trabajos a maquina de escribir, y algunos pocos en computadora. Actualmente un trabajo escrito, no se le cuestiona al profesor si se hará en maquina de escribir o en computadora, se sobreentiende que es impreso. Si alguien que no tuviera nociones de la jerga cibernética y escuchara la palabra: “Me conecto al rato”, lo más seguro es que pensará que algunos humanos cuentan con algún cable para conectarse a una terminal o algo así. Por otra parte, se puede hablar del fenómeno propio de la internet, como es el de aportar información a la misma. Se tienen espacios en los cuales se pueden subir fotos, descargar música, escribir algunas cuantas líneas de opinión persona (como estás), hacer pagos bancarios, pedir algún artículo, leer las últimas noticias, ver alguno que otro video, ya sea música o de cualquier persona en el mundo que se haya ofrecido a mostrar un poco de sí a todos. En fin, todo este mar de información crece rápidamente, el cual, algunos dirán que tiene sus lados positivos y negativos. Quizás la libre expresión se mantiene, a pesar de sus infortunios como el caso de la intolerancia, el intercambio de información de una forma rápida, etc., es quizás, los usuarios caen en el individualismo virtual, donde el contacto con las demás personas, las relaciones interpersonales estén mermadas por una pantalla de computadora. . Pero lo que es claro, es que la mayoría de las personas pueden contribuir a la red, las formas son muchas, algunas son muy novedosas y algunas otras son ideas millonarias, como es el caso de los servidores, o de páginas de búsqueda como Google, páginas de interacción, como FaceBook, o Myspace, lugares para subir algún video chusco o simplemente expresarse vía visual desde Youtube, etc.

Tengo oídos sordos

Añadiendo el factor del consumismo, donde se da una ilusión de que estar ala vanguardia es estar a la moda, es lo mejor, y es lo más práctico y benéfico, se sigue que el individuo consideré ciertos estas ideas y su placer se finque en el consumismo. La música ya no sólo se escucha en lugares u ocasiones especiales, actualmente, cualquiera puede tener acceso a ella por medio de un reproductor musical y ponerse autista en la calle. Los teléfonos celulares, los cuales actualmente poseen disponibilidad para el acceso al internet, música, agendas, etc., los Blackberry, los Ipod, computadoras personales, ´posiblemente lleva a un estado donde el individuo se cierra (de forma parcial) hacia él mismo mirándose narcisistamente en un estanque del consumismo de masas. Regresando al internet, al parecer se tiene una doble ilusión, por un lado podernos crear un mundo propio, con nuestra música favorita, fotos, escritos y más en un espacio del internet. Puede que en algunas ocasiones sea un escape a la realidad misma, la cual no se pude cambiar con el ratón de la computadora.


Mientras el individuo se mantiene enajenado con algún aparato en sus oídos, en sus manos (por no haber mencionado los juegos de videos portátiles o el uso del celular) o simplemente frente de ellos, seguirá creciendo el consumismo de masas y el individualismo virtual.

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