Los cuervos de Arreola están condenados a la TIERRA, yo, por el contrario soy como los albatros de Baudelaire, condenados al cielo y a las tormentas...
lunes, 25 de abril de 2011
El observador
Estabas recostado en el sofá, abrazando a tu pareja. Lo veías como se conmovía por las escenas de la película. Le dabas unos tiernos besos en la mejilla. Deseabas que su dolor desapareciera. En realidad, no sabías en qué pensaba, o qué sentía, pero te daba la impresión de que estaba triste por lo que veía…
También lo viste llorar, no sabías que decir, simplemente callabas. Deseabas abrazarlo, y que su dolor disminuyera con el calor de tu cuerpo. Querías decirle lo mucho que lo estimas, pero simplemente callaste…
También lo viste llorar, no sabías que decir, simplemente callabas. Deseabas abrazarlo, y que su dolor disminuyera con el calor de tu cuerpo. Querías decirle lo mucho que lo estimas, pero simplemente callaste…
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