Fue un encuentro furtivo
aquellos que se escriben en piedra.
Tu mano me llevó por el encanto,
de una ciudad que suspira
El gris del suelo se convertía en recuerdos,
anécdotas e historia, en palabras y besos.
El amarillo silencioso moría, y yo entre tus brazos
deseaba suspender el tiempo, quedarme en tus labios
Ante tus ojos el amarillo neón se apodera de nosotros.
Me miras y sonríes… sueñas y suspiras.
La partida estaba próxima,
Te abrazo y ahogo las lágrimas
me marcho rápidamente sin mirar atrás
sin llorar…